Redacción. A veces los cargos públicos parecen abstraerse de la realidad olvidando el puesto que ocupan y que sus manifestaciones no pueden reducirse al ámbito privado en la medida en que ostentan la representación de un colectivo que, como todos los colectivos, son lo suficientemente heterogéneos como para que sus palabras no respeten esa diversidad. Olvidan igualmente que si no se respeta al diferente, que a buen seguro existe en el propio colectivo, o se pierde a la persona o se pierde su respeto.
Incienso: La Agrupación de Cofradías de Córdoba se ha hecho merecedora de recibir el incienso de esta semana, no tanto por salir en defensa del máximo representante de la Iglesia de la Diócesis, como por hacerlo en defensa de la libertad de expresión, se compartan o no determinados argumentos, frente a los que insultan, amenazan y acosan escondidos tras el anonimato de las redes o atrincherados tras unas siglas que les hacen creer que todo vale por machacar a quienes odian.
Carbón: Carbón sin excusas y sin matices para Monseñor Demetrio, por olvidar que a veces la palabra puede herir diferentes sensibilidades que indiscutiblemente coexisten entre los seguidores de Jesucristo, y que hay frases que ponen palos en las ruedas que con sus hechos hace girar hacia el futuro el Papa Francisco y porque no se le pueden entregar antorchas a quienes desean utilizarlas contra todo lo que huele a incienso.
