Niño, parece que le vamos a ganar el pulso a otro verano infernal y ya mismo empezamos con la vuelta al trabajo de las hermandades... no de todas, porque tristemente todas no trabajan y por tanto algunas no distinguen la diferencia entre los meses de agosto y febrero.
En la Esperanza van a arrancar el curso con un cabildo que puede tener su marcha... o no. Depende de si los hermanos ven bien que continúen el mandato de Baena los miembros de su junta después de la dimisión del susodicho. Yo particularmente me conformaría con que el que tome las riendas, haya elecciones o no, pusiera al descubierto la pintura del Nazareno que la hermandad tapó al hacerse su capilla en San Andrés con el beneplácito del párroco de la iglesia, a quien ya le vale, ya le vale...
Y de las posibles terceras elecciones pal día de Navidad, niño, ¿de eso qué me cuentas? Yo te digo una cosa: que aquí ya alguno me dijo ayer que con tal de no comer con su familia iba a ver si le ponía una vela a la Virgen para que lo nombraran miembro de mesa electoral.
A mí no me parece mal del todo, niño. Viéndolo por el lado positivo, que es como hay que ver las cosas, esto de tener elecciones generales el 25 de diciembre es una forma graciosa de tener algo interesante que hacer esa tarde, que pasa por ser una de las más soporíferas de todo el año.
Julio el Tabernero
Foto Antonio Poyato