José Barea/G. Rodríguez. La Semana Santa de 2016, estuvo preñada de ciertos detalles que la convirtieron en singular e histórica para una corporación cuya historia es de las más extensas de cuantas configuran la Córdoba Cofrade. La entrada de un nuevo equipo de gobierno en la Hermandad de San Agustín, provocó una sustancial variación en su fisionomía como cofradía, que se evidenció de manera indiscutible en el cambio musical de banda de música completa a cometas y tambores. Una metamorfosis que afectó notablemente a la manera de caminar de su paso de Misterio en cuya nueva puesta en escena tuvo mucho que ver el nuevo capataz de la cofradía.
El Jueves Santo de 2016 fue el primero en el que Ángel Muñoz se puso frente del martillo del paso de las Angustias de Córdoba, después de que en el mes de septiembre del pasado año la corporación de San Agustín decidiera destituir a David Arce del cargo, tras un año de permanencia. Una sustitución que se convertía en una muestra más de la clara intención de la nueva junta de gobierno de marcar distancias con sus predecesores.
La ratificación en su puesto de Muñoz viene a constatar la perseverancia en sus planteamientos mostrada por el hermano mayor de la cofradía Agustina basada en el convencimiento de que la decisión adoptada entonces fue correcta, de acuerdo con su concepción de cofradía. Una renovación de la confianza que junto con la presencia de Coronación de Espinas, garantizada por tres años más deberá perpetuar el camino emprendido por esta junta de gobierno.
Foto Antonio Poyato
