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martes, 4 de octubre de 2016

Un directivo de Ad Libitum confirma su desaparición


Guillermo Rodríguez. En ocasiones, el devenir de los acontecimientos no permite que los sueños se materialicen tal y como se habían soñado. No hace ni dos meses que nos congratulábamos por la feliz noticia del germen de un nuevo proyecto musical en la ciudad de San Rafael. Un proyecto surgido como continuación natural de la que había sido Banda de Música de Santa María de la Merced hasta su desvinculación de la Hermandad del Lunes Santo hasta la Semana Santa de 2016.

Un proyecto que se ponía en marcha de la mano de las mismas personas que habían dirigido a la formación en su etapa mercedaria con una enorme ilusión y altas dosis de paciencia y realismo, conscientes sus promotores de la enorme complejidad de iniciar una propuesta de estas características en el muy complicado panorama musical cofrade.

Apenas mes y pico después, el sueño se ha revelado de imposible consecución. Lo anunciábamos este domingo. Una comunicación recibida por miembros de la banda, a la que había tenido acceso Gente de Paz, ponía de manifiesto que el sueño de un grupo de músicos cordobeses ponía punto y final. Una triste noticia que quedaba pendiente de contraste con la dirección de la formación, circunstancia que se materializó en la tarde de ayer, en la que un alto dirigente confirmaba punto por punto la información adelantada por este medio.

La decisión es definitiva. La Banda de Música Ad Libitum cierra sus puertas sin ni tan siquiera haber tenido la oportunidad de demostrar si el proyecto era factible. En palabras del alto dirigente "las circunstancias personales de los directivos han cambiado muchísimo en apenas un mes" cuya imposibilidad de dedicarle tiempo al proyecto así como la de encontrar un local adecuado para que la banda desarrolle su actividad han desembocado en este triste desenlace. El propio dirigente ha confirmado que ya se han establecido contactos para proceder a la venta de los instrumentos que pertenecen a la formación.

Un doloroso desenlace para la treintena de músicos que aún permanecían luchando por el buen fin de esta complicada empresa y que ahora tendrán que buscar cumplir sus sueños en otras orillas. Siempre es una noticia desagradable que una banda desaparezca, que un proyecto musical deje de existir. Hoy la Córdoba cofrade está un poco más triste, un poco más huérfana de música.

Fuente fotográfica


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