Esther Mª Ojeda. Los orígenes de la Hermandad del Prendimiento se remontan a la década de los 50, concretamente a la fecha del 7 de octubre de 1952 en que se fundó la corporación a iniciativa de un grupo de personas pertenecientes a la Asociación de Antiguos Alumnos del antiguo Colegio Salesiano y a la que también quisieron sumarse miembros de dos hermandades del Miércoles Santo como son la Misericordia y la Paz.
La recién fundada cofradía se ponía por primera vez en la calle en el año 1954 tras haberse pensado inicialmente en representar el pasaje de la Sagrada Cena – idea que no salió adelante tras tener conocimiento de que existía en San Miguel una nueva hermandad con el mismo propósito – y haberse puesto en contacto con Antonio Castillo Lastrucci para abordar la posibilidad del encargo de las imágenes del misterio.
Así las cosas, las circunstancias fomentaron que la escena del Prendimiento de Jesús fuese la iconografía a representar por la hermandad, habiéndola echado por entonces en falta en la Semana Santa de Córdoba. Una vez fijado ese objetivo y tras haber descartado a Lastrucci como artífice de las imágenes que habrían de conforman el paso de misterio, la hermandad salesiana encontró en el imaginero cordobés, Antonio Castillo Ariza, la figura idónea para realizar, en primer lugar, al Señor y posteriormente el resto de las tallas.
Bajo aquella premisa, el autoimpuesto objetivo se materializaba en el anteriormente mencionado Martes Santo – 13 de abril de 1954 – en que Nuestro Padre Jesús en su Prendimiento realizaba su primera estación de penitencia. El primitivo titular de la cofradía de María Auxiliadora había sido ejecutado por el artista cordobés en madera de pino de Flandes y tenía una altura aproximada de unos 1,81 metros. Tras su esperada llegada a la hermandad, se procedió a la bendición del Señor, la cual estuvo en manos del recordado obispo de Córdoba, Fray Albino González Menéndez-Raigada.
Tras algo más de tres décadas siendo el titular de la corporación del Martes Santo, el Señor del Prendimiento, que en su día tallase Antonio Castillo Ariza, hizo su última estación de penitencia en la jornada del 14 de abril de 1989 debido al avanzado estado de deterioro en que se encontraba la primitiva imagen. Esto supondría la llegada de la nueva imagen de Nuestro Padre Jesús en su Prendimiento, la cual sería realizada por el sevillano Antonio Dubé de Luque para sustituir a la anterior en 1990.
Esta fue una dolorosa decisión a la que la hermandad salesiana hubo de enfrentarse, puesto que el mal estado de la talla en torno a la que se constituyó la corporación no obtendría resultado satisfactorio de un hipotético proceso de restauración. Después de su significativo paso a lo largo de 35 años de historia en el seno de la cofradía, la imagen desapareció ante los ojos del colectivo cofrade, que en su mayoría solo han tenido ocasión de recordarlo gracias a las fotos – a menudo de calidad tan relativa como comprensible – tomadas en aquellos años de trayectoria bajo la firme y extendida creencia de que la talla fundacional fue quemada para más tarde pasar a ser conservada en el interior del actual Jesús del Prendimiento.
Sin embargo, una reciente visita por parte de Gente de Paz a la Hermandad del Prendimiento ha conseguido desmentir al menos parte de ese relato, pues gracias a ella y a la amabilidad del actual hermano mayor, Juan Carlos Sanz, se nos ha concedido la oportunidad de compartir con la comunidad cofrade las instantáneas que ilustran el presente artículo. Con ello, queda por lo tanto demostrada la sorprendente conservación tanto del busto como de las manos de la original imagen del Señor del Prendimiento a pesar de que, tal y como nos confesó el Hermano Mayor, ni él mismo puede afirmar a ciencia cierta que los restos del antiguo titular de la cofradía en efecto se encuentren dentro de la talla actual.
Fotografías Raúl Hernández