Cena. La Muy Mariana hermandad Sacramental de la Inmaculada Concepción, Santo Rosario de Nuestra Señora y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de la Fe en su Sagrada Cena, Santísimo Cristo de la Luz, María Santísima de la Esperanza del Valle y Beato Álvaro de Córdoba, desarrolla con este nuevo proyecto la realización de una saya para su titular mariana.
La histórica forma de vestir a las imágenes marianas las podemos relacionar entre la moda y el arte. Esta relación es una constante presente en las representaciones artísticas del arte figurativo y por lo tanto aplicado al arte religioso, no siendo las vírgenes o santas una excepción. Los artistas de siglos pasados al realizar representaciones de los momentos más importantes de la vida de la Virgen solían optar bien por reproducir el momento histórico en que realmente sucedieron los hechos o bien por actualizarlos a la época histórica en la que ellos viven.
Así pues la moda de vestir a las Vírgenes Dolorosas como si de las damas de luto de la corte española de los Austrias fueran, es el formato figurativo que evoluciona desde el barroco hasta nuestros días.
La saya era un vestido de mujer para llevar a cuerpo en el siglo XV, evolucionado de anteriores épocas. Siempre iba ajustada al pecho y siempre era talar (vestido que llega hasta los pies), a mediados del XVI, se llega a dividir definitivamente en cuerpo y falda perdurando así hasta nuestros días como un vestido atemporal utilizado para embellecer a las vírgenes de vestir.
La saya se suele enriquecer con bordados y ricas telas, y los más lujosos hilos de oro para su manufactura.
Descripción de los bordados antiguos utilizados
Los bordados utilizados para la confección y enriquecimiento de la nueva saya para la Virgen de la Esperanza del Valle son procedentes de un antiguo conjunto de tres paños que conformaban un magnifico dosel o palio de respeto de finales del siglo XVIII o del XIX. Posiblemente su origen sea de talleres franceses. Y formaron parte de un dosel de una capilla sacramental.
El dosel es el ornamento que se coloca formando techo sobre un trono, un altar, etc., del que suelen colgar cortinajes con el principal fin de dotar al espacio de mayor dignidad.
Los doseletes para imágenes, en escultura, se dan a partir del siglo XII y son comunes en toda la época gótica hasta el siglo XVI. En este siglo y siguientes se rodea la parte alta del verdadero dosel (al igual que en otros cortineros parecidos) con un conjunto de recortes de tejido, adornados con flecos o franjas que reciben el nombre de guardamalletas.
Estado de conservación de los paños
El tejido de soporte: El tejido de soporte presenta numerosos desgarros en toda la extensión de todos los paños, por ambas caras. Los 3 paños del dosel están bordados a doble cara sobre un soporte de tissú de plata en mal estado de conservación y no recuperable, con un fleco metálico en oro.
Diseño de la nueva saya
El diseño y composición de la saya es de José J. Fernández Martínez que realizó este dibujo a escala en rotulador, acrílicos y lápiz para su presentación a la Hermandad. Y que posteriormente hubo que pasar a escala real para el bordado del mismo. El diseño mantiene el espíritu sacramental del dosel antiguo de donde proceden los paños, y que encaja a la perfección con la Hermandad.
Ejecución del pasado y restauración
Una vez realizado el dibujo del diseño de la saya, fajín o cinturilla y la decoración de las mangas, se ha procedido a pasar y restaurar las piezas bordadas a una nueva superficie de terciopelo granate de algodón.
Intervención del Taller
Inicialmente se ha limpiado el bordado empleando para ello medidas no invasivas (cepillado y aspirado suave), sin emplear procedimientos químicos. Tras proceder a la toma de medidas y fotografías detalladas de las dos caras de los paños, se ha retirado el fleco del mismo.
Posteriormente se ha recortado el perfilado de los bordados y se han separado las piezas bordadas del tisú de plata. Para la disposición de las piezas en el nuevo soporte de terciopelo.
A continuación se ha iniciado el proceso de fijación al nuevo soporte de terciopelo. Para ello hemos empleado un bastidor de anchura progresiva tensando en él una pieza de lienzo. Se ha colocado sobre él el terciopelo. Seguidamente hemos fijado con puntadas de hilo de algodón de color amarillo por dentro de los bordados.
Las piezas se han ido cosiendo de la misma manera en sus lugares correspondientes. Durante todo el proceso hemos ido fijando nuevamente al bordado aquellos hilos de hojilla de oro que estaban sueltos, para ralentizar el proceso de deterioro del bordado. Y rellenando con hilos de hojilla aquellas zonas de las piezas con ausencia de la misma.
A continuación se ha procedido al perfilado del bordado con cordones de hilo de oro diferentes tamaños y y terminaciones mate y brillo de acuerdo al diseño y disposición de las diferentes piezas.
