Suspira el Ángel desde las estrellas... Observa los llamadores y a quienes los ostentan con un deseo escondido. Sueña con tocarlos alguna vez y susurra el nombre de quienes le gustan y de quienes cree que no los merecen...
... Recuerda con admiración a un capataz que solamente saca una cofradía ya. Es hermano de otra que hay en una plaza sevillana. Y su porte y elegancia delante del paso de un Cristo cordobés lo hacen merecedor del fervor del Ángel...
... Otro capataz con Ángel manda a una Virgen que se encuentra extramuros, como el hombre que la guía hacia una Córdoba que no es la ciudad donde él nació. Pero su estilo es más cordobés y elegante que quienes buscan proclamarse con el adjetivo...
... Adjetivo que roza lo sublime con el tercer capataz que gusta al Ángel. Le reconocen y lo envidian a partes iguales porque su nombre ya está inscrito en las páginas de libros invisibles y en las retinas de quienes lo imitan, a veces, con poca fortuna.
El suspiro se vuelve lamento cuando el Ángel recuerda a quienes de su oficio, de dirigir, cargar y guiar hacen algo burdo que solo completa la vanidad de quien solo gusta de vestir el terno y el patrico...
... Una letanía lastimera entre quienes fueron cesados por incapacidad o exceso donde se pone el sol o cerca de la calle donde nació un gran poeta cordobés. Ambos no están en condiciones de presumir ni quienes permitieron que su apatía o envilecimiento los condujera hasta allí...
... Pero los caminos son incomprensibles también para el Ángel que no entiende como cofradías que ganaron en número el peso de su dilatada historia, ahora, languidezcan desde la Cruz de Guía hasta el martillo como si ya nada importase...
... Y nada debe importar, reflexiona el querubín, para quien permite que un misterio del Martes se extinga en su caminar, desde el azahar que contempla su salida, y retroceda en el tiempo a andares toscos, cansinos y equivocados.
Favoritos y olvidados del suspiro del Ángel.
Joaquín de Sierra i Fabra
Fuente Fotográfica
Fuente Fotográfica
Recordatorio El suspiro del Ángel... La rúbrica cambiada
