El taller de Jesús Rosado está culminando la restauración de una gran pieza desconocida en el mundo de la Semana Santa y de un importante valor artístico. Se trata de una de las clámides del Cristo de la Coronación de Espinas de la hermandad del Valle.
Se trata de la túnica conocida como de «Los Bodoques». Es de finales del siglo XIX. El trabajo consiste en el pasado a un nuevo terciopelo debido al mal estado en el que se encontraba a lo largo de los años, aunque conserva el diseño original. Desde mediados de los años cincuenta del siglo pasado no es utilizada la pieza, época en que la hermandad residía en la iglesia conventual del Santo Ángel.
El diseño es de Antonio del Canto Torralba, con ejecución atribuida al taller de Teresa del Castillo. Contiene piezas como tallos, medias ondas o lentejuelas planes y de troquel, una innovación en la época.
Es la segunda de las clámides más antigua que posee el Cristo de la Coronación de Espinas tras la de 1805, recuperada por Fernández y Enríquez y realizada por Antonia Bazo, camarera y hermana del Valle.
