Blas Jesús Muñoz. Hay hermandades que están bendecidas por un halo especial, clásico, que se infunde en sus cortejos y transmiten tanto al devoto como al mero espectador una atmósfera traída de otro tiempo. Una Semana Santa con el sabor pretérito de un esplendor lánguido que no viene del barroco sino del romanticismo que hace dos siglos impregnó a algunas corporaciones de nuestra geografía.
Este es el caso de la Hermandad de Afligidos de Cádiz que, entre su patrimonio, alberga piezas de un valor indudable y que provienen de dicho período histórico. Se trata tanto de una de las túnicas del Señor como del manto de la Virgen de los Desconsuelos, cuyas restauraciones han sido aprobadas recientemente por el Cabildo de hermanos de la corporación de la Tacita de Plata.
Un complejo proyecto
La cofradía del Jueves Santo que dirige Lourdes Cortejosa se enfrenta a un complejo y ambicioso proyecto puesto que la túnica de Nuestro Padre Jesús de los Afligidos data de la segunda mitad del siglo XVIII, mientras que el manto de la Dolorosa es de finales del XIX, lo que provoca que los documentos gráficos para llevar a cabo la restauración sean escasos.
Por otra parte la Hermandad de San Lorenzo bendecía en fechas recientes las potencias realizadas por el orfebre sevillano Jesús Iglesias, dando cuenta de una labor, la de la corporación, digna de mención.
Recordatorio Rosario de Cádiz arrasa en redes sociales