Suspira el querubín entre la calima de agosto esperando el momento del cambio, que puede ser como una tormenta de verano con sus nubes de evolución, oscuridad, rayo, truenos y granizo en grandes cantidades, cuando se compruebe que lo que se dijo no era absoluto porque tenía matices.
Suspiros alados por un capataz que tenía el rango de general, pero que a lo mejor es capitán o teniente y mengua sus funciones absolutas en otro candidato impuesto por la cofradía. O dos candidatos que se repartan parte de su trabajo y apliquen las aguas monacales.
Suspira el Ángel porque el gran capataz parece menguar por Deanes y hay quien sospecha que buscan razones para encontrar sustitutos, mientras se marcan los cambios en su paso puede que le marquen uno que no estaba en guión y tarde o temprano haya más candidatos a capataz.
Joaquín de Sierra i Fabra
