Blas Jesús Muñoz. La situación que, pronto alcanzará el lustro, vivida por el pueblo sirio es más que dramática. Sumido en una guerra civil que llega a los cuatro años de duración y sumándole la barbarie del autodenominado Estado Islámico, las víctimas se cifran en números que habrían de ser insoportables para occidente.
A la labor y los continuos llamamientos del Santo Padre, Francisco, se hace preciso sumarle ahora la visita que realizará a Siria la Imagen de una de las aplicaciones Marianas más veneradas en el orbe católico, la Virgen de Fátima.
Tal traslado de la efigie de María Santísima posee un marcado carácter simbólico y responde al llamamiento realizado por los obispos de la región, tal y como señala el Obispo de Leiria-Fátima, Antonio Marto "es una respuesta al llamamiento de obispos de esas regiones, de Oriente Medio e incluso de Asia, que están siendo testigos del exterminio de comunidades cristianas".
Descenso del número de cristianos
Desde que comenzará el conflicto armado el número de cristianos ha descendido notablemente en la región, hasta datarse en un 30%. Ello obedece, en gran medida, a la atroz persecución de los mismos por parte del Estado Islámico, cuya atrocidad no encuentra calificativos que puedan definirla.