Blas Jesús Muñoz. Hay hermandades que entre su patrimonio cuentan con auténticas joyas. Algunas lo son a nivel de ajuar, siempre de las propias imágenes sostenidas sobre la fe del tiempo y las generaciones; joyas en forma de marcha procesional compuesta ex profeso y joyas que no se ven, pero se sabe que se guarda en el anonimato.
La riqueza de estas últimas no se basa en el valor material, motivo por el cual ya se hacen valedoras de nuestra mejor atención. Son parte del acervo generacional de las personas que dan forma a la vida interna de una cofradía y sobre las que recae la expectativa generacional de la existencia futura.
La Hermandad de la Merced, en sus jóvenes, posee algo así. Una expectativa, una certeza de amor, ilusión y trabajo bien hecho, a partes iguales. Les hemos venido informando de todo cuanto acontece en torno a la Juventud Mercedaria y todo es positivo y suma en labor social, así como activa de la corporación del Lunes Santo.
El último y brillante ejemplo es el regalo de un magnífico broche a Santa María de la Merced por parte de sus jóvenes, muestra del amor procesado a su Bendita Madre. Enamorados de la Merced y entregados a un proyecto vital tan ilusionante como auténtico.
En el sencillo acto, que estuvo conducido por el periodista Francisco Mellado, se hizo entrega igualmente a la Reina de la Merced de un hermosísimo tocado regalo de unos hermanos y devotos de la Señora. Una muestra palpable de que estamos ante una de las corporaciones más vivas de cuantas configuran nuestro universo cofrade.
En el sencillo acto, que estuvo conducido por el periodista Francisco Mellado, se hizo entrega igualmente a la Reina de la Merced de un hermosísimo tocado regalo de unos hermanos y devotos de la Señora. Una muestra palpable de que estamos ante una de las corporaciones más vivas de cuantas configuran nuestro universo cofrade.
Fotografías de Antonio Poyato