Blas Jesús Muñoz. Hay decisiones que, en sí mismas conllevan la opinión como algo natural. Nadie nos podría señalar como sospechosos de no señalamos, aunque la alineación haya conllevado, en más de una ocasión, el tristemente famoso rasgado de túnicas y huelga de capirote caídos.
Sin embargo, en este momento, en este día en el que aun parecen restar bastantes para que el atril del Gran Teatro se vista de cofradías y la Pasión se desenvuelva a través de la palabra, la opinión no puede llevar sino al apoyo al pregonero.
José Juan Jiménez Güeto es un hombre sencillo, accesible, con la sonrisa y la comprensión como emblemas. A ello, hay que unir las mejores cualidades que se pueden plantar como requisitos para quien debe representar la Semana Santa de todos los cordobeses por conocimiento, cualidades y merecimiento.
Domina la palabra porque su vocación implica transmitirla allá por donde vaya. Pregonará una Semana Santa que a algunos no interesa y, cuando lo hace, no es sino para atacarla y obtener un supuesto rédito político. Por ello, alrededor de nuestro pregonero, todos debemos citarnos en torno al atril, alrededor de la Palabra que siempre es la que nos diferencia, la que nos salva.