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sábado, 12 de diciembre de 2015

Candelabro de cola: Todo cambia


Todo cambia. Todo. Lo triste es que encima muy rara vez lo hace para mejor. Lo podemos comprobar en los diversos ámbitos que nos rodean. Es la primera vez que se celebran unas vísperas de Navidad en la que nos vemos inmersos en una campaña electoral para elegir al futuro Presidente del Gobierno. A finales de los 70 del siglo pasado y el principio del actual, el Presidente del Gobierno era una persona con fuertes dosis de liderazgo. Ahora cualquiera de los aspirantes con grandes posibilidades de hacerse con el cargo no pasa de ser un líder en complejos. Y encima hay que darse con un canto en los dientes, porque viendo la suerte que hemos tenido con la alcaldesa que el pacto de perdedores nos ha brindado a los desgraciados ciudadanos de la ciudad hasta Pablo Iglesias parece alguien de valor. Y que esto lo diga yo, ya tiene su guasa. Encima la buena señora que nos gobierna –es un decir- tampoco ha sabido rodearse mínimamente bien. Sus dos escoltas, el cofrade renegado y el Indiana Jones comunista, no son precisamente gente brillante. Esto siendo muy generosos, porque podríamos ser bien crueles con ellos. Los únicos méritos del trío calavera hasta la fecha: hacer que el anterior alcalde parezca un brillante gestor con un don de gentes sin parangón. Aquí tienen: otra cosa que cambia.

En el mundo de las cofradías no solamente no estamos exentos de la tendencia al cambio constante. ¡Vivimos como marranos en el charco en el cambio! Cada Semana Santa que finaliza buscamos con ansiedad conocer cuáles serán los primeros capataces y bandas en caer en desgracia. Cambia nuestra actitud a bajar a la Catedral. Antes era un punto inalcanzable y ahora nos encanta y nos hace alcanzar consensos. ¡Consensos por unanimidad! Y ya muchos no lo recordarán, pero también hay que ver cómo ha cambiado la actitud de sacerdotes y Obispo hacia las Hermandades… ¡De no querer ni vernos a intentar convencernos de que todo se celebre en la Catedral!  ¿Quién lo podría imaginar en los tiempos en que quien ocupaba la silla de Osio era el actual Arzobispo de Granada?

Como pueden ustedes comprobar hay pocas, muy pocas cosas que no muten, que sean siempre igual. Afortunadamente en la Parroquia de El Salvador y Santo Domingo de Silos hay algo que nunca cambia: el buen gusto de la Hermandad del Santo Sepulcro para montar preciosos y elegantes altares de Cultos. Y lo más importante: esta Cofradía lo hace igual de bien con todos y cada uno de sus Titulares, en todos y cada uno de las solemnes actos que sus reglas estipulan. Ahí tienen el ejemplo del pasado Triduo a la Inmaculada Concepción. Espléndido. Como siempre. ¡Qué gusto da decirlo!


Marcos Fernán Caballero


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