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martes, 26 de enero de 2016

61 años de historia


Rafa Murillo. En las décadas de los años cuarenta y cincuenta se aprecia un notable crecimiento de corporaciones de carácter religioso en la provincia de Córdoba, siendo así, el caso de las hermandades de la Esperanza, Buena Muerte, Prendimiento y las Penas de la barriada de Santiago, entre otras más. Décadas donde quien regía el alto cargo de obispo de la diócesis de Córdoba fuera Fray Albino González Menéndez-Reigada.

La hermandad y cofradía de nazarenos del Santísimo Cristo de las Penas, Nuestra Señora y Madre de los Desamparados, San Juan Evangelista, María Santísima de la Concepción y Santiago apóstol, conmemoró ayer el LXI aniversario de su fundación que data del año 1955. La talla del Santísimo Cristo de las Penas es una muy antigua devoción, que pudo perfectamente, contemplar la cristianización de la ciudad de Córdoba llevada a cabo por Fernando III en 1236. Motivo de veneración de los caballeros y templarios de Santiago. Teniendo como antaña advocación el nombre del Santísimo Cristo la Sangre.

Presidió un Via-Crucis cuaresmal en el año 1951. La fundación tiene una fecha de 25 de enero de 1955, pero no realiza estación de penitencia hasta la Semana Santa de 1957, estrenando la cruz actual y un paso que se perdería en el incendio de la parroquia, diciembre de 1979. Muchos de nuestros mayores recordaran los años en los que Nuestra Señora y Madre de los Desamparados procesionaba junto con San Juan Evangelista bajo palio, obra los dos, del imaginero sevillano Antonio Eslava.

En diciembre de 1979 se produce un incendio asolador en la parroquia de Santiago que hace que tal obra arquitectónica quede prácticamente insoluble. La corporación es traslada a la iglesia de San Pedro hasta 1985 es llevada la hermandad a la ermita de la virgen del Socorro. Por aquellos tiempos la cofradía se ve obligada a realizar estación de penitencia en las inmediaciones de la casa del General Varela ubicada en el Realejo. En 1987 se incorporará la imagen de María Santísima de la Concepción donada por el hermano Manuel Jiménez, obra del imaginero que restauraría las imágenes de la virgen de los Desamparados y San Juan Evangelista tras el incendio, Juan Ventura.










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