Juan Antonio Martínez. El Gallinero vuelve por Semana Santa con especial Alcada dónde estás que no te veo y ya me he enterado dónde estaba. No con David y Pedro tomando cañas en Fuengirola en un chiringuito. No, no, no, no. Salió de nazarena en las Palmeras, al barrio donde se fue cuando la magna y quería hacer un homenaje el Miércoles Santo. Le pusieron el hábito y dijo esta es la mía chicos. Lo que no le dijeron es lo largo que se hace y claro estaba rendida la mujer cuando iba por Costa Sol, no la de Fuengirola y si la de la Ciudad Jardín. En el centro ya no podía más pero como le dijeron que ni podía quitarse el hábito ni apagar la vela tomó una decisión salomónica y se sentó en la terraza de un bar con su vela encendida y tapadita pa´que no la reconozca la Seña Susana que es muy trianera y flamenca por la gracia de la Calle Betis.
Me cuentan que la camarera le reconoció la vocecita esa de niña bien que tiene y que dijo las nazarenas y los nazarenos, cordobesas y cordobeses queremos una cervesita y unas patatitas fritas y un bocadillo de salchichón porque alguien le dijo que no era Viernes santo y que se podía comer carne. Si le pilla en la puerta del Churrasco deja el asador hasta sin carbón pa mi pa´l Domingo de Resurrección. Menos mal que no la reconoció el de las gafas que fue de incógnito a ver a su antigua cuadrilla el Martes santo aunque él es muy de los capataces antiguos y dice que con los nuevos le pasa como con el comunismo que tiene que oler a rancio pa´que sea bueno.
Recordatorio La Crónica: Querer es poder