Guillermo Rodríguez. La tormenta de primera hora de la tarde no presagiaba nada nuevo cuando los que debíamos vestir túnica nos preparábamos entre el silencio de nuestro recogimiento. Sin embargo todo cambió repentinamente y el cielo nos quiso regalar un maravilloso Miércoles Santo, a pesar del frío, en el que nos llenó de plenitud y emoción absoluta la imagen extraordinaria de todas nuestras cofradías delante del Santísimo Sacramento del Altar, verdadera esencia de por qué salen nuestras hermandades a las calles y sin la cual nada de ésto tiene sentido, por más que algunas mentes obtusas se empeñen en seguir negándoselo y negándonoslo. Nuestro compañero Antonio Poyato estuvo donde debía estar, en la Santa Iglesia Catedral para dejar testimonio de otra jornada histórica a través de esta excelente crónica gráfica.
Recordatorio Así les contamos el Miércoles Santo en Gente de Paz