Guillermo Rodríguez. Se nos fue de entre los dedos la semana más hermosa casi antes de que tuviésemos timepo de paladearla. En un abrir y cerrar de ojos, la radiante sonrisa de la Virgen de la Alegría retornó a Santa Marina para poner punto y final a una Semana Santa que pasará a la historia más por la consecución de una sueño compartido por muchos y que el tiempo no permitió ver cumplido.
El propio Domingo de Resurrección fue un remedo de la semana que se cerraba en la que la incertidumbre y la inestabilidad dio paso al azul del cielo para permitir un caminar de la cofradía santamarinera que bien haría en determinar que el éxito que ha supuesto su recorrido por calles como Cardenal González y de la Feria, rebosantes de cordobeses, debería condicionar su itinerario de aquí en adelante. Nuestro compañero Antonio Poyato, cierra su Semana Santa con esta excelente Crónica Gráfica.