A ti, Lourdes, que no tengo el placer de conocerte en persona, sólo tu silueta desfigurada por un hábito nazareno. A ti, Lourdes, va dirigido hoy mi Sendero.
Por tu corta edad, al menos eso aprecié por el brillo de tu voz y tu mirada juvenil, supongo que era tu estreno en el lugar que ocupabas dentro del cortejo procesional. Un lugar privilegiado aunque otros quieran ver que otros lugares lo son más. Tenías una difícil tarea, te lo digo por experiencia, y no en la Hermandad que ibas.
Fuiste objeto de disparos que no tenían por qué caer en tu persona, sino en los que son tus superiores, que deben formarte y, a la vez, darte carta blanca para poder tomar decisiones llegado el caso, para que no pienses nunca que tu puesto está concebido solamente para cumplir órdenes como en alguna ocasión me dijiste.
A ti, Lourdes, porque te viste en una encrucijada difícil de salvar y sólo cumplías órdenes.
A ti, Lourdes, mi Sendero es para ti, para aconsejarte que seas valiente, que no te dejes acobardar. Que cojas papel y boli y, en la reunión post Estación de Penitencia, de la que debe salir el informe del Diputado Mayor de Gobierno, digas todo lo que sabías que se estaba haciendo mal y nadie hacía nada por remediarlo, aunque decir lo que piensas suponga que te despojen de tu puesto.
Por tu corta edad, al menos eso aprecié por el brillo de tu voz y tu mirada juvenil, supongo que era tu estreno en el lugar que ocupabas dentro del cortejo procesional. Un lugar privilegiado aunque otros quieran ver que otros lugares lo son más. Tenías una difícil tarea, te lo digo por experiencia, y no en la Hermandad que ibas.
Fuiste objeto de disparos que no tenían por qué caer en tu persona, sino en los que son tus superiores, que deben formarte y, a la vez, darte carta blanca para poder tomar decisiones llegado el caso, para que no pienses nunca que tu puesto está concebido solamente para cumplir órdenes como en alguna ocasión me dijiste.
A ti, Lourdes, porque te viste en una encrucijada difícil de salvar y sólo cumplías órdenes.
A ti, Lourdes, mi Sendero es para ti, para aconsejarte que seas valiente, que no te dejes acobardar. Que cojas papel y boli y, en la reunión post Estación de Penitencia, de la que debe salir el informe del Diputado Mayor de Gobierno, digas todo lo que sabías que se estaba haciendo mal y nadie hacía nada por remediarlo, aunque decir lo que piensas suponga que te despojen de tu puesto.
Raquel Medina