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lunes, 20 de junio de 2016

De Javier Santiago a Carlos Lara, el valor efímero del capataz


Blas J. Muñoz. Los últimos dos años han dejado la muestra evidente de que el puesto de capataz no es el más perdurable de los que encontramos en cofradías y un buen número de decisiones así lo demuestran: Palma, Concepción, Cristo de las Penas, Amor, Silencio, Encarnación, Rescatado, Piedad, Santa Faz, Trinidad, Calvario, Mayor Dolor, Paz, Cena, Angustias, Dolores o Resucitado.

En algunos casos se ha dado la circunstancia de que el cambio se ha producido hasta en dos ocasiones (Silencio, Rescatado o Mayor Dolor) y los nombres no han dejado de sucederse. En el caso del Rescatado, por ejemplo, la llegada de Javier Santiago llegó precedida de un nombramiento anterior y en apenas dos meses la cofradía consideró la determinación final de la cuadrilla del Señor de Córdoba.

Un caso similar sucedía con Javier Romero al frente del Silencio, el capataz veterano que más pasos ha mandado decidía dimitir en el plazo de dista de un mes. Mientras que, con la Cuaresma de 2016 llamando a las puertas Rafael Ramírez Galvin cerraba su andadura al frente de la cuadrilla del Mayor Dolor.

En estos días hemos conocido la no ratificación de Carlos Lara al frente de los costaleros de la Trinidad. Se cierra una etapa que ha dejado magníficos frutos y que ha encumbrado a Lara como uno de los capataces que ya son referencia en la Córdoba cofrade.





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