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sábado, 17 de septiembre de 2016

El Rosario de Sorolla


Esther Mª Ojeda. Muchas son las incógnitas que rodean a Nuestra Señora del Rosario de la hispalense Hermandad de Montesión. Especialmente desde que el 24 de junio de 1864 se produjese un incendio con el que desapareció una gran parte de la documentación de la cofradía, con lo que los debates acerca de su autoría han sido, a lo largo del tiempo, tan interminables como los de su fecha de ejecución. Unos debates que siempre han oscilado entre las atribuciones al taller de Roldán y otras mucho más concretas que daban por sentada la autoría de la hija del imaginero, Luisa Ignacia Roldán, popularmente conocida como “la Roldana”. Sumado a lo anterior, hay también quienes coinciden en considerar la talla como una obra de la producción del flamenco Roque de Balduque hasta los que afirman en ubicar su realización en el último cuarto del siglo XVI.

Sin embargo, no han sido éstas las únicas especulaciones de las que ha sido objeto la dolorosa de Montesión, sino que por el contrario, ha seguido estando en el punto de mira de un análisis tan curioso como pueda resultar la obra pictórica del reconocido Joaquín Sorolla. 

Días atrás, Manuel Lamprea, a través de su cuenta de Twitter (@Manu_Lamprea) publicaba una interesante y antigua fotografía de la Virgen del Rosario en la que aparecía realizando estación de penitencia bajo palio de 1847 y luciendo el manto confeccionado en 1884, lo cual se veía reflejado en el lienzo del pintor y del que tantas ocasiones se ha asegurado – y se sigue haciéndolo – ver en él a la Virgen del Valle en lugar de a la titular de Montesión.


No obstante, tampoco es ésta la única aparición de Nuestra Señora del Rosario en la producción de Sorolla, quien volvería a retratar a la Santísima Virgen. Ya en la Cuaresma de 1997, la Caja de Ahorros San Fernando organizó una exposición denominada “Sevilla en Fiestas” en la que figuró un cuadro de 1914 perteneciente a la colección de su museo madrileño y que ofrecía una visión trasera del paso de palio aunque con un encuadre lateral. En aquel entonces, la información facilitada por el museo rezaba: “con respecto a la iconografía de la Virgen, se suele catalogar como la Esperanza y la Virgen del Valle. Tal vez Sorolla ha querido representar un prototipo de paso de palio sevillano, sin identificar a ninguno específico”. Sin embargo, el escrutinio de los detalles como la inclinación de la cabeza de la Virgen así como el palio en cuestión han hecho posible el fácil reconocimiento de la Virgen del Rosario.

Aún debería el maestro de añadir una tercera obra en la que inmortalizar a la Virgen de Montesión sobre su paso a principios del siglo XX, la denominada “Los nazarenos. Sevilla”, realizada en el mes de abril de 1914. Esta célebre pintura, conocida gracias a la intervención de Juan Martínez Alcaide, fue posiblemente fruto de los estudios acometidos por el pintor en el Convento de Montesión y llevada a cabo con el propósito de ser enviada a la biblioteca de la Hispanic Society of America de Nueva York. En ella, se puede apreciar nuevamente a Nuestra Señora del Rosario en su salida procesional acompañada por un cortejo de nazarenos de la Carretería.

Así las cosas y tras múltiples indagaciones – aunque no necesariamente complejas dada la evidencia que presentan las pinturas – es la Hermandad de Montesión la que puede enorgullecerse de tener consigo a la musa que inspiró al maestro para mostrar al mundo la Semana Santa de Sevilla.

Fuente Fotográfica




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