Esther Mª Ojeda. No hace mucho desde que Gente de Paz se remontase a los orígenes de la Hermandad de la Entrada Triunfal, para muchos tan desconocidos como sorprendentes. Ya en aquella publicación recordábamos que, lejos de haber sido constituida originariamente en su actual Parroquia de San Lorenzo, la popular cofradía de los niños se estableció en la Parroquia de San Juan y Todos los Santos en 1944.
Fue tan solo un año más tarde, día 25 de marzo, cuando la recién erigida hermandad hacía su primera estación de penitencia, no en la mañana del Domingo de Ramos como cabría pensar actualmente, sino durante la tarde y más concretamente hacia las 17 horas. En aquella histórica jornada, todas las miradas se posaban sobre el entonces titular de la corporación, de tamaño más reducido que el actual y también realizado por el imaginero cordobés Juan Martínez Cerrillo, una talla sin duda desconocida a día de hoy cuya fotografía encabezaba el anterior artículo.
No obstante, la joven cofradía hubo de ver interrumpida su historia cuando apenas contaba con poco más de una década de trayectoria debido a la decisión adoptada por la Agrupación de Hermandades y Cofradías, pues sus miembros habían estudiado detenidamente la dinámica habitual de la Entrada Triunfal durante su estación de penitencia y concluyeron con ello que la desorganización y la falta de seriedad con la que la corporación se ponía en la calle exigía que se tomasen cartas en el asunto. Dicho veto por parte de la Agrupación fue un comienzo de un declive que se prolongó hasta 1963, fecha en la que la corporación desapareció finalmente.
Curiosamente, esa disolución no duró mucho puesto que ese mismo año, la Hermandad de la Entrada Triunfal fue reorganizada gracias a la ayuda del obispo Fernando Fernández de Córdova y Martel. La gran diferencia fue que, en esta ocasión, la cofradía del Domingo de Ramos abandonaba el marco de la Trinidad para instaurarse en el Santuario de María Auxiliadora. En ese período de la historia de la entrañable Borriquita, es menester señalar la solidaridad tanto de la Hermandad del Prendimiento como de algunos antiguos alumnos del colegio de los Salesianos puesto que fueron estos los responsables de la nueva estación de penitencia, que ya se constituía en torno a la actual talla de Nuestro Padre Jesús de los Reyes.
Precisamente, la fotografía que da pie al presente artículo deja constancia de un momento tan señalado en la vida de la hermandad, extraída de la revista Patio Cordobés en la publicación de su número especial de la Semana Santa de 1970, cuya publicación corría a cargo de la Caja de Ahorros de Córdoba y el Monte de Piedad y que, por lo tanto, ha sido a menudo considerada como la precursora de Alto Guadalquivir.
En ese pequeño artículo que ilustraba la foto se hace en efecto referencia a la ayuda prestada por el alumnado del colegio salesiano añadiendo también que, ya desde su refundación, la Hermandad de la Entrada Triunfal comenzó a realizar su estación de penitencia en la mañana del Domingo de Ramos con un cortejo formado por unos 500 niños de edades comprendidas entre los 8 y los 15 años.
Como salta a la vista, componen la fotografía una gran cantidad de elementos, como poco, llamativos, aunque sin duda el más destacable de todos ellos es la de ver a la entonces reciente talla de Nuestro Padre Jesús de los Reyes iniciar su recorrido desde el Santuario de María Auxiliadora. En aquella década de los 60 el titular de la cofradía realizaba su itinerario sobre un paso descrito por la revista Patio Cordobés como “brillante”, también realizado por el ilustre Martínez Cerrillo. Aunque la instantánea se muestra un paso aún en sus primeras fases, en el año 70 en que tenía lugar la publicación, este ya había sido terminado, luciendo incluso las tallas policromadas y mostrando una estética renovada que no era sino el símbolo de un nuevo comienzo.