James Baker. Salía yo de un fish and chips de Glasgow donde unos amigos me invitaron a pasar el fin de semana cuando me encontré con un cofrade cordobés que me hablo con mucha pena de la situación de su hermandad. Suficiente como para abrir la mina de carbón esta semana y así enviar lo suyo al responsable de la misma.
Incienso. Para la Hermandad de la Merced y, en especial, para su grupo joven. La cofradía se ha convertido en los últimos tiempos en un ejemplo de buen hacer. En el dinamismo que la misma muestra no es una excepción su grupo joven, uno de los más activos en el ámbito social de los que hay en la ciudad. La interesantísima formación que el propio grupo joven ha iniciado esta misma semana está muy por encima de lo que se podría esperar incluso de las juntas de gobierno adultas de muchas hermandades. Así la cofradía del Zumbacón se garantiza un esperanzador futuro.
Carbón. Para algún hermano mayor que, con lo que movió y removió para llegar al cargo, ha dejado su cofradía hecha una auténtica ruina en lo económico. Luego dimisión por motivos personales y si te he visto no me acuerdo. Esto está precioso... Toneladas de carbón para usted.