Sigo igual. Creyendo lo mismo. Sigo siendo reticente a los resultados que en su día salieron. ¿A qué estamos jugando? ¿Se sabe que se tiene entre manos? Parece que no, que no somos conscientes de la trascendencia que para el presente, pero sobretodo el futuro, tienen nuestras decisiones. Reuniones y más reuniones. A día de hoy parece que nada está claro y, ¡el Niño Jesús a las puertas de nacer!
Luego todo serán prisas y parches sobre parches. ¿Se dirá que como es el primer año se está ensayando o se seguirá estudiando? Si se llegara a decir eso o algo parecido, tendríamos un problema, al menos para mí, pues es algo tan grande que no se debe ensayar, sino hacerlo bien.
La situación actual, de la que todo el mundo habla, creo que puede ser consecuencia de la existencia de varias hermandades que no querían el cambio por algún que otro motivo, especialmente por no tener clara la organización de itinerarios y horarios, o por estar en desacuerdo total.
Si ese es el problema ya lo dije en su momento, o hay unanimidad o esto no es válido. Debería de haber sido un proyecto de todos. Donde cada uno se aferre al timón de un barco que lleva al mismo puerto. Sin embargo, habiendo esta situación creo que se pueden poner piedras en el camino (no intencionalmente), para llegar a culminar un magnifico y hermoso sueño.
Raquel Medina