El de ayer fue un Jueves Santo de sol, playa, mantilla y
procesiones. El buen tiempo dio opción este año a todo. La jornada festiva que
amaneció tras la desbordante petalada a María Santísima de la Victoria en su
recogida en el Miércoles Santo dio paso a una mañana espléndida que hubo
quienes la aprovecharon para las playas y en lo cofrade para la visita a los
templos desde donde salen las procesiones de la tarde y la Madrugada. Una
jornada completa en la que ya se vieron algunas jóvenes vestidas con mantilla
algo que todavía es para referencia cuando es una tradición que tímidamente se va
recuperando en la jornada en la que se inicia el triduo pascual. Un día en el
que como dice el refrán relució más que el sol.
Hay cosas que no faltan en estas mañanas de Jueves Santo y
es encontrarse la rampa de acceso a la iglesia conventual de las Madres
Agustinas con algún paño fondado. Este año, al parecer, una furgoneta de
reparto es la que lo ha roto. El Consejo volvió a ofrecer otro tablero, parece
que van a tener que contar siempre con uno de reserva para estos reiterados
inconvenientes. En la iglesia de Santa María de Gracia es donde se puede ver
uno de los más hermosos monumentos para la reserva del Jueves Santo, que
realizan las madres Agustinas.
Por la tarde la cofradía vuelve a mostrar su marcado
espíritu estudiantil con la incorporación del cortejo desde el colegio agustino
de la calle Palos para recoger a sus sagrados titulares en Tres de Agosto,
abriendo la cruz de guía que este año el pregonero Manuel Roméu volvió a subir
al Gran Teatro. El Cristo de la Buena Muerte que se eleva en la calle para
atraer hacia él todas las miradas, como dice el evangelista, aquí en un
artístico paso del taller de Miguel Hierro Barreda, al que este año se le
dedica una exposición donde estuvo su carpintería artesanal, en Alonso Sánchez,
13, hoy establecimiento del restaurante Mesón del Pozo. La Virgen de la
Consolación lucía mucho mejor en su paso, al que se le han mejorado los
candelabros, bajándolo unos 25 centímetros. Hay detalles que no se deben dejar
pasar desapercibido, como son las pequeñas jarritas de flores esmaltadas, que
vislumbra las mejoras que se van a introducir en este paso que va a mejorar su
aspecto artístico.
En la Concepción este fue un Jueves Santo muy especial y lo
estuvo en entorno de Nuestra Madre y Señora de los Dolores. A nadie se le pasa
desapercibido que con ocasión de los quinientos años de la parroquia de la
Inmaculada Concepción será Ella la que se corone canónicamente, así lo decía el
capataz Manuel Gómez 'Carnicerito' en la levantá que lo llevó a la calle. Ese
buen ambiente queda reflejado en la vida de la hermandad y así lo expresaba el
hermano mayor, Francisco Martín Durán -que cumple sus cincuenta años de
hermano-, y lo hacía con datos, con 540 nazarenos en el cortejo. Han tenido
hasta que pedir insignias para crear un nuevo tramo, con la bandera de sangre
de la Hermandad de Estudiantes. Este año no lucía el manto bordado ya que tras
el informe de IAPH se está a la espera de que pueda pasar a la fase de
restauración; la gran novedad es que sí será posible que vuelva a lucirlo, ese
podrá constituir el gran estreno para su coronación. Después de siete años el
paso lucía los conos de rosas tal como iba hasta entonces, en reconocimiento a
la familia Baena que realizó la primera levantá del palio. El artista de las
flores es Antonio Rivera que sabe conseguir una perfecta armonía en todo, lo
mismo que en el monte de la Oración, este año de los llamados románticos. Hay
detalles que no deben olvidarse, como es la recuperación de la imagen de la
Virgen de los Dolores, obra de Castillo Lastrucci, hace ahora 75 años y que
mantuvo la devoción desde hace cinco siglos, sustituida en la actualidad por la
talla de Álvarez Duarte. De la antigua imagen tenemos aun el azulejo que con
gusto adorna todos los Jueves Santo la archicofradía.
La Hermandad de la Misericordia es una cofradía que
procesionó con su sobriedad acostumbrada, siempre es difícil hacerse a verla a
plena luz del día, pero han buscado también el arropo de la gente que se diluía
en la Madrugada, jornada en la que fue fundada.
La santa iglesia catedral sigue siendo en la jornada del
Jueves Santo el centro de todo por la importancia del inicio de los oficios que
preside el obispo de Huelva, José Vilaplana Blasco. Es la última cena y la
institución de la eucaristía, con momentos tan expresivo como el del lavatorio
de los pies, en el que Jesús se muestra como servidor. Un día del amor fraterno
y la caridad; este año el gesto solidario de la Cuaresma irá destinado al
centro Oasis y la Casa de la Iglesia, de ayuda a necesitados.
La Cofradía de los Judíos, la de la Merced, ofreció ese
sabor solemne de cofradía incardinada en un barrio que tiene un latido muy
especial. Solemnidad que le da el barroco mercedario sobre el que se deja ver
los ocres de los cabezos ofreciéndole ese toque de Huelva, y palmeras que son
el palio de respeto a tantos siglos de cofradía querida. Tres pasos que hacen
una conjunción perfecta en la salida, lo portentoso del barroco del de las
Cadenas, lo solemne del Cristo de Jerusalén y Buen Viaje y la exquisitez del
palio de Nuestra Señora de los Dolores.