Cien días de gracia. Este es el plazo que tradicionalmente
se otorga a los vencedores en cualquier proceso electoral para que tomen
posesión de sus cargos antes de someterlos a la crítica, en positivo o en
negativo. Cien días de condescendencia, cien días en los que se templan los ánimos
para que los fuegos se vayan apagando y el ruido amortiguando, cien días para
que el que ocupa un cargo tome plena conciencia de la responsabilidad que ha de
asumir.
El pasado 15 de junio, día de Santa Benilde de Córdoba,
mártir de la Iglesia cordobesa en época califal por alzar su grito de libertad
en contra de la tiranía y proclamar en voz alta su fe, D. Enrique Aguilar Amil,
con el eslogan “Paz Capuchina”, resultó elegido Hermano Mayor de la Hermandad
de la Paz y Esperanza por un periodo de cuatro años con un respaldo de 269
hermanos de un total de 339 votos emitidos, sobre un censo de cerca de mil hermanos
según la candidatura ganadora (980 para ser exactos). Un respaldo más que
suficiente como para desarrollar un mandato absolutamente plácido a poco que se
hagan bien las cosas.
Desde aquella calurosa jornada, han transcurrido, si mis cálculos
no son erróneos, 94 días, de modo que, a falta de seis para alcanzar la mágica
cifra de los cien, creo que podríamos aventurarnos en dar por agotado el
mencionado periodo de gracia. Ha terminado el verano y ha llegado el momento de
desmontar el chiringuito y de comenzar la temporada en primera división. Se
acabaron las palmaditas en la espalda y el aplauso fácil, ahora toca asumir la
responsabilidad que conlleva el cargo que tanta ilusión le hacía desempeñar, y
le voy a decir una cosa, así entre usted y yo, ahora que no nos oye nadie, en el
momento en que las críticas del Cirineo le parezcan poco amigables, o
directamente duras, recuerde que las que va a recibir de enemigos, de votantes,
de no votantes, de supuestos amigos y de los que siempre pensarán que líder no hay más que uno, serán mucho
más feroces que las que desde este humilde rincón de universo pueda hacerle yo,
no le quepa duda. Al fin y al cabo, las mías debe esperarlas desde el primer
día, no he engañado a nadie, empezando por usted, a diferencia de otros yo siempre
le diré lo que pienso firmando con mi nombre. No le veía en junio como la
persona adecuada y después de observar detenidamente, en silencio, cómo se están
desarrollando ciertos acontecimientos, cada segundo que pasa confirma mi apreciación,
aunque espero con ansiedad que en algún momento mi percepción cambie.
No obstante, las críticas más duras, los golpes más
dolorosos, vendrán de parte de los que compartieron bandera con usted,
fundamentalmente por inesperados en algunos casos. En otros no, algunos le
advirtieron de ciertas ascuas que arrimaba a su sardina. De hecho, algunas de estas
críticas ya han llegado, sólo hay que escuchar en el lugar y el sitio adecuados.
Ármese de Paciencia, porque el camino va a ser cualquier cosa menos una balsa
de aceite. Es lo que tiene el cargo y usted lo sabía, a fin de cuentas lleva
viendo los toros desde la barrera muchos años sacando el pañuelo y aplaudiendo
o silbando y censurando cuando encartaba, como el resto del público. La diferencia
es que ahora es el torero y en la arena, la corrida se vive de otro modo.
Algunos de los desafíos a los que se enfrentaba el señor
Aguilar, probablemente los más trascendentes (más allá de proyectos más o menos
rimbombantes), eran despojar a la hermandad del aire dictatorial en que ha
estado sumida en los últimos ocho años, dotarla de transparencia frente a la
oscuridad absoluta y romper con el pasado, o al menos con ciertos personajes de
ese pasado inmediato (unos y otros), de modo que no se pudiera identificar esta
nueva etapa con otras previas, posibilitando de esta manera el regreso del
éxodo de los que dejaron el paraíso por incompatibilidad manifiesta con
aquellos.
Frente a esa ruptura y en la búsqueda de la integración
predicada, la composición de la junta de gobierno y la elección del pregonero
del LXXV Aniversario de la Corporación (amén de ciertos agradecimientos a través
del blog de su candidatura) han dado al traste con esta promesa, basta con
observar la relación de miembros que la componen y el historial del pregonero
para llegar a la conclusión de que este mandato no empieza precisamente marcando
distancias con el pasado. Está en su derecho de tomar las decisiones que
considere oportunas, sólo faltaría, y los que ahora ocupamos la barrera que tan
bien conoce en el de criticarlas. Pero si pretende separarse de ese pasado, lo
disimula usted perfectamente. En cualquier caso, en mi humilde opinión ha
perdido dos excelentes oportunidades para hacer una raya en el suelo y empezar
de cero. No se extrañe por tanto si algunos se resisten a regresar a
Capuchinos. Ni eche balones fuera, no diga que la puerta está abierta y que no
puede hacer más. La responsabilidad es suya, como cabeza visible y máximo
responsable de esto. Usted debe salir a la calle para buscar a los que se
fueron… claro que yo puedo estar equivocado…
En este plazo, ya han llegado a los foros y lo que es peor,
a las barras de bar, rumores de disensiones y espantadas, se ha organizado aprisa
y corriendo (por dejadez de la anterior dirigencia de la que usted formaba
parte, no perdamos la memoria) un programa de actos para conmemorar el LXXV Aniversario
de la Hermandad, para el que la única buena noticia hasta el momento ha sido la
elección de Nuria Barrera como cartelista, y se han tomado decisiones muy
importantes sin que los miembros de la junta de gobierno hubieran ni siquiera tomado
posesión de sus cargos, nuevas mesas para los pasos, nueva puerta de salida,
bandas, cartel de la salida procesional realizado por un amateur… En suma una
sucesión de actos cuyo desarrollo ha sido manifiestamente mejorable.
El hecho de que una junta de gobierno, o parte de ella, tome
decisiones antes de que los hermanos conozcan su composición, impregnan las decisiones
adoptadas de un oscurantismo que condena al destierro, de un plumazo, cualquier
posibilidad de cambio en este sentido respecto a épocas pretéritas. Desde luego
romper con el pasado es difícil cuando el anterior hermano mayor sigue
apareciendo en las fotos y “su segundo de a bordo” elegido pregonero. Por
cierto, tiempo habrá para opinar sobre dicha elección, aunque ya anticipo que
en mi opinión (cuestión de gustos), carece del nivel mínimo exigido para ser
pregonero de nada, tal y como se pudo comprobar cuando nos dedicó una cariñosa carta
a través de un diario tradicional. A pesar de reconocerle la vis cómica, les
desafío a que extraigan un mensaje concreto de su último párrafo.
Con independencia de que las reglas lo impongan o no, el
programa de actos a celebrar con motivo del LXXV aniversario, debía haber tenido
el respaldo de un Cabildo General. Lo contrario hace que parezca que no existe
respeto alguno por los hermanos considerándolos un rebaño borreguil tal y como ha
ocurrido en la etapa inmediatamente anterior. Estoy convencido de que usted no
tiene esta consideración por los hermanos de la corporación pero recuerde que “la mujer del César no sólo ha de ser virtuosa
sino que además debe parecerlo”... por favor, cuide para que no parezca lo
que no es. Un cabildo en el que se hubiesen expuesto los actos que se plantean,
aceptando las sugerencias de sus iguales y la censura en su caso. Un cabildo en
el que se detallase el presupuesto del programa, para que todos tengamos
meridianamente claro por cuánto nos va a salir la broma. Recordemos que hace
nada alguien tuvo la ocurrencia de pedir dinero para afrontar la reparación derivada
de los desagradables sucesos en los que se vio envuelto el palio de Nuestra
Señora y que por tanto ahora muchos podrían no entender que no hubiese dinero
entonces y si ahora. ¿O es que se pidió en Cuaresma y no era necesario? ¿Qué porcentaje
del presupuesto procede de subvenciones públicas? ¿A qué obligan estas
subvenciones? ¿Determinan el origen de la banda que deba acompañar a la Señora?
Y en otro orden de cosas, la Paz del Porvenir ha salido a la calle para
trasladarse a la Plaza de América donde se celebró una Misa Estacional oficiada
por el Arzobispo de Sevilla, ¿para qué sale la Paz y Esperanza a la calle? ¿Qué
acto de culto se celebrará ese día y dónde? ¿Ha sido factible organizar un
Triduo Extraordinario (o evento similar) en la Santa Iglesia Catedral? La
ansiada transparencia exige respuesta para estas y otras cuestiones y no
explicar las cosas nos condena a continuar en el mismo círculo vicioso. Y por
carta, en mi opinión, no es suficiente, además de que implica que la decisión
ya está tomada de antemano, diga lo que diga el Cabildo.
Si no hay transparencia, comienzan los murmullos a inundar
las esquinas… la Banda del "Maestro
Enrique Galán" (la que acompañó a la Fuensanta) por 7.500 euros rebajados
a 7.000 después, la Sociedad Filarmónica de Pilas por 5.000 (para muchos resulta
incomprensible que sea la elegida para el Miércoles Santo y no para la
extraordinaria, y si no lo es por tener algún compromiso, dígase) o las bandas
de música Mª Stma de la Esperanza de Córdoba o Tubamirum de Cañete de las
Torres por imposición de la Diputación “que es quien paga y por tanto exige que
sea de la provincia”. Esto es lo que se logra gracias a la opacidad. Hágame
caso, sea un libro abierto. No se engañe, esta ciudad es pequeña y la gente
habla demasiado. Si se cuentan las cosas con absoluta transparencia se evitan
los rumores y las tergiversaciones. Es un humilde consejo.
Convocar un Cabildo debería ser de obligado cumplimiento
cuando se toma posesión del cargo de Hermano Mayor. No sólo en este caso para
explicar todo lo concerniente al mencionado programa sino para desbrozar con
detenimiento qué es lo que va a desarrollar durante su mandato. ¿No invocan algunos
la presencia en el Cabildo como única forma posible permitida por la divinidad para
expresarse en una cofradía? Pues convóquese para dar respuesta a todas las
preguntas que surjan. ¿Se va a modificar el estilo musical que siempre acompañó
al Señor? ¿Va a continuar en su puesto el mismo vestidor? ¿Cuántas veces vamos
a ver a la Virgen con ráfagas? ¿Qué otras sorpresas nos tiene preparadas? ¿El coro
de niños (con minúscula) seguirá desfilando tras el palio? ¿Permanecerán los chicos
vestidos con librea delante de la Virgen? ¿Se mantendrá la Estación de
Penitencia en San Miguel? ¿Y el itinerario lejos de San Zoilo? ¿Qué
modificaciones ha sufrido la composición de la junta? ¿A quienes les ha
ofrecido formar parte de ella? ¿Iremos a la Catedral? ¿Su obra social se va a
limitar a la papeleta de sitio de la extraordinaria, a la recogida de alimentos
en Navidad y los donativos de siempre? ¿Cuánto va a costar la puerta de salida?
¿Se tienen los permisos del Ayuntamiento para cambiar la actual? ¿Va a seguir
saliendo el cortejo de la iglesia como en los años setenta? ¿Existe alguna
deuda con terceros?
Queremos saber. Ganar unas elecciones no otorga discreción
absoluta para actuar sin informar. Si realmente quiere darle un giro a esto
demuéstrelo informando a sus hermanos, no por carta, sino de frente, siempre de
frente, y responda a estas y a todas las preguntas que se le quieran hacer.
Cambie el oscurantismo en transparencia y tendrá mucho ganado. Rompa
radicalmente con el pasado si no quiere que algunos le consideren el delfín de
nadie por los siglos de los siglos. Cuidado con el “Síndrome de la Moncloa” que
afecta a casi todos los máximos dirigentes sea cual sea el nivel de la empresa
que se desempeñe y sea usted el que salga a la calle para buscar a sus hermanos
y no esperar a que sus hermanos vayan a buscarle a usted. Por último, tenga
mucho cuidado con los brazos en los que se echa, vaya a ser que se lleve una
sorpresa mucho antes de lo que imagina. Se lo digo por su bien, básicamente
porque su bien, será el bien de toda la hermandad.
Bienvenidos todos al curso cofrade 2014-2015, Un curso que
promete ser muy pero que muy entretenido.
Guillermo Rodríguez