Blas Jesús Muñoz. El cuarto fin de semana de Cuaresma ha estado marcado por un gran número de actos de carácter cultual, así como cultural. Uno de los mismos se ha distinguido por su particularidad y belleza, el Besapiés del Santísimo Cristo de las Penas.
Una estampa devocionalmente impactante la del Crucificado de Santiago con el palio de la Virgen de la Concepción, dispuesto en el fondo de la escena. Si bien, la diferencia en esta ocasión es que la hermandad recuperaba una imagen del recuerdo.
Madre de los Desamparados y San Juan Evangelista van flanqueando al Crucificado de las Penas en su paso procesional. Si bien, en esta oportunidad han ocupado el lugar que, antiguamente, llevaban en el cortejo. Una imagen con sabor de antaño.
Recordatorio La Feria de los Discretos: De trajes y ternos