Fernando Blancas. Comenzaba el Martes Santo en Córdoba para muchos de los cordobeses en la Santa Iglesia Catedral. La salida de la Hermandad de la Agonía, congregando a muchísimos cordobeses y cada año son más, ha sido solo el preludio del magnífico Martes Santo que hemos disfrutado hoy en la ciudad.
La Hermandad de la Agonía nos presentaba a su Cristo crucificado, para mi gusto, con un andar este año mucho mejor que el anterior. Nos presentaba a su barrio, y nos presentaba como no a su banda. La Banda de CCTT de la Salud, ha vuelto este año a demostrar que no hace falta más que trabajo y esfuerzo para ser una gran banda a nivel de cualquiera de las que haya en Andalucía. Potencia, ilusión, caritas emocionadas, afinación, valentía, son algunos de los adjetivos que podríamos poner al acompañamiento musical que llevaba su Cristo, ese que agoniza en una Cruz, y que a buen seguro mitiga su sufrimiento al compás de su banda, al son de sus costaleros, y como no, el amor de un barrio entero que otro año se ha vuelto a volcar con su Hermandad.
He tenido la suerte de poder ver llegando a Deanes al Señor de la Sangre. La calidad si se busca se encuentra, y yo me he dado de bruces con la calidad musical y el esfuerzo costalero. Fajado el trabajo en este Misterio siempre, duro, pero con muy buena nota el andar del Señor, ya que de la Banda de CCTT Esencia, ni les hablo, esa banda Sevillana que quizás tendría que tener más cabida en la ciudad Hispalense, y que ojalá, sean muchos los Martes Santos que podamos tenerla en nuestra ciudad. La Reina de los Ángeles, acompañada por San Juan, ponían ese toque distinto, ese sello, yo diría que especial, que este Palio tiene, con la belleza de una Madre cada año más radiante. Precioso el andar del Palio, sonaba “La Madrugá” en el momento en que he podido verla, y la cadencia y el mimo eran palpables, abrazados a una de las marchas señeras de nuestra Semana Santa.
Seamos o no partidarios de un Paso más acorde para las Imágenes, críticos o no con el número de nazarenos para procesionar en Semana Santa, o el atuendo procesional de los hermanos de la Hermandad de la Universidad, en lo que si coincidiremos todos es, en que es una gozada para el espectador admirar tal Imagen de Cristo, ya Muerto tras su largo calvario. La Imagen de María Santísima tras Él, humilde, sola, con la tristeza propia de la Pasión vivida por su hijo, no es menos bella que la del Señor, y más aún si pueden observarla ya a la llegada a su Templo, quizás sea de los poquitos sitios donde la gente respete el silencio que esta Hermandad, como algunas de ayer, necesitan para que entendamos de verdad cuál es el sentido de su Estación de Penitencia.
Qué bendición para los sentidos ha sido hoy ver de nuevo a la Madre Trinitaria en las calles. ¡Qué luz, qué categoría en su andar, y sobre todo, qué perfecta elección en la relación de marchas procesionales! Ver a la Madre de la Trinidad, bellísima, cautivadora, ha sido uno, para mí, de los momentos más bonitos de la tarde, más sentidos. He cogido a la Hermandad desde el final hasta el principio, pocas veces me ha pasado esto, y por manías cofrades viendo el resultado, no volveré a hacerlo. La magia del momento vivido con la Señora, ha sido troncado al encontrarme con el imponente Paso de Misterio del Señor de la Santa Faz. Un andar muy correcto, pero con unas marchas, para mí, poco acordes en ocasiones con el que creo que es su estilo, no el que debe ser, sino el que nos han mostrado muchísimos años atrás. Las modas amigos ya se saben, pasan, y a Córdoba le quitaron el poder disfrutar de este Señor con la Agrupación Musical de Redención, y si como yo creo, el año pasado la cosa no fue nada del otro mundo, este año hemos sido muchísimos los cordobeses que no entendemos qué tiene la Banda de San Fernando, que no tenga cinco veces mejor, lo cojas por donde lo cojas, la banda de la Huerta de la Reina.
Nos ha hecho esperar el Señor del Buen Suceso para ver su andar dulce y acompasado a su llegada a San Andrés. Hacía años que no iba a su entrada, y aunque ya lo había visto por los aledaños de la Catedral, la bajada de San Pablo y la última marcha para enfrentarse a la puerta de su Parroquia, han hecho que mereciera muchísimo la pena para los cordobeses que allí estábamos la espera. Muy bien, pero muy bien por cierto la Agrupación de Peñaflor, que hay muchos que la critican y al escucharla, no entiendo muy bien la razón. La Señora de la Caridad es la Reina de San Andrés cada Martes Santo, y si me apuran, de cada rinconcito por donde Ella pasea. Bellísimo el exorno florar, perfecta la banda de música en sus interpretaciones, marchas procesionales que parecen hechas solamente para Ella, preciosa, Reinante Caridad.
He querido dejar para lo último a la Hermandad del Prendimiento. La salida, espectacular, aunque a unas horas tempranas que dejan a muchas personas con la imposibilidad de verla. La entrada, ni les hablo. Aunque parezca mentira por el espacio, son cada año más y más y más los cordobeses que no quieren perderse a la Hermandad de Salesianos en su despedida hasta el año próximo. Pero yo me quedo quizás con los sitios que esta Hermandad adoptó como nuevo recorrido hace pocas semanas santas. Ver al Señor o a la Madre de la Piedad por la Judería, por el interior de Catedral, con esa fortaleza costalera, la Agrupación Musical del Cristo de Gracia tras el paso del Señor, siempre en incesante renovación, sorprendiendo por su calidad, está al alcance de pocas Hermandades. Es por lo que quizás el Prendimiento, aunque los mismos de la Hermandad me preguntaran que qué me parecía el Paso, que por cierto, chapó, yo es que me quedo con la Hermandad del Martes Santo, en general, con el Prendimiento, y si no, mírenle la carita a la Reina Salesiana, y díganme si no radiaba hoy en tempranas horas de la tarde, más que el mismo sol.
La Hermandad de la Agonía nos presentaba a su Cristo crucificado, para mi gusto, con un andar este año mucho mejor que el anterior. Nos presentaba a su barrio, y nos presentaba como no a su banda. La Banda de CCTT de la Salud, ha vuelto este año a demostrar que no hace falta más que trabajo y esfuerzo para ser una gran banda a nivel de cualquiera de las que haya en Andalucía. Potencia, ilusión, caritas emocionadas, afinación, valentía, son algunos de los adjetivos que podríamos poner al acompañamiento musical que llevaba su Cristo, ese que agoniza en una Cruz, y que a buen seguro mitiga su sufrimiento al compás de su banda, al son de sus costaleros, y como no, el amor de un barrio entero que otro año se ha vuelto a volcar con su Hermandad.
He tenido la suerte de poder ver llegando a Deanes al Señor de la Sangre. La calidad si se busca se encuentra, y yo me he dado de bruces con la calidad musical y el esfuerzo costalero. Fajado el trabajo en este Misterio siempre, duro, pero con muy buena nota el andar del Señor, ya que de la Banda de CCTT Esencia, ni les hablo, esa banda Sevillana que quizás tendría que tener más cabida en la ciudad Hispalense, y que ojalá, sean muchos los Martes Santos que podamos tenerla en nuestra ciudad. La Reina de los Ángeles, acompañada por San Juan, ponían ese toque distinto, ese sello, yo diría que especial, que este Palio tiene, con la belleza de una Madre cada año más radiante. Precioso el andar del Palio, sonaba “La Madrugá” en el momento en que he podido verla, y la cadencia y el mimo eran palpables, abrazados a una de las marchas señeras de nuestra Semana Santa.
Seamos o no partidarios de un Paso más acorde para las Imágenes, críticos o no con el número de nazarenos para procesionar en Semana Santa, o el atuendo procesional de los hermanos de la Hermandad de la Universidad, en lo que si coincidiremos todos es, en que es una gozada para el espectador admirar tal Imagen de Cristo, ya Muerto tras su largo calvario. La Imagen de María Santísima tras Él, humilde, sola, con la tristeza propia de la Pasión vivida por su hijo, no es menos bella que la del Señor, y más aún si pueden observarla ya a la llegada a su Templo, quizás sea de los poquitos sitios donde la gente respete el silencio que esta Hermandad, como algunas de ayer, necesitan para que entendamos de verdad cuál es el sentido de su Estación de Penitencia.
Qué bendición para los sentidos ha sido hoy ver de nuevo a la Madre Trinitaria en las calles. ¡Qué luz, qué categoría en su andar, y sobre todo, qué perfecta elección en la relación de marchas procesionales! Ver a la Madre de la Trinidad, bellísima, cautivadora, ha sido uno, para mí, de los momentos más bonitos de la tarde, más sentidos. He cogido a la Hermandad desde el final hasta el principio, pocas veces me ha pasado esto, y por manías cofrades viendo el resultado, no volveré a hacerlo. La magia del momento vivido con la Señora, ha sido troncado al encontrarme con el imponente Paso de Misterio del Señor de la Santa Faz. Un andar muy correcto, pero con unas marchas, para mí, poco acordes en ocasiones con el que creo que es su estilo, no el que debe ser, sino el que nos han mostrado muchísimos años atrás. Las modas amigos ya se saben, pasan, y a Córdoba le quitaron el poder disfrutar de este Señor con la Agrupación Musical de Redención, y si como yo creo, el año pasado la cosa no fue nada del otro mundo, este año hemos sido muchísimos los cordobeses que no entendemos qué tiene la Banda de San Fernando, que no tenga cinco veces mejor, lo cojas por donde lo cojas, la banda de la Huerta de la Reina.
Nos ha hecho esperar el Señor del Buen Suceso para ver su andar dulce y acompasado a su llegada a San Andrés. Hacía años que no iba a su entrada, y aunque ya lo había visto por los aledaños de la Catedral, la bajada de San Pablo y la última marcha para enfrentarse a la puerta de su Parroquia, han hecho que mereciera muchísimo la pena para los cordobeses que allí estábamos la espera. Muy bien, pero muy bien por cierto la Agrupación de Peñaflor, que hay muchos que la critican y al escucharla, no entiendo muy bien la razón. La Señora de la Caridad es la Reina de San Andrés cada Martes Santo, y si me apuran, de cada rinconcito por donde Ella pasea. Bellísimo el exorno florar, perfecta la banda de música en sus interpretaciones, marchas procesionales que parecen hechas solamente para Ella, preciosa, Reinante Caridad.
He querido dejar para lo último a la Hermandad del Prendimiento. La salida, espectacular, aunque a unas horas tempranas que dejan a muchas personas con la imposibilidad de verla. La entrada, ni les hablo. Aunque parezca mentira por el espacio, son cada año más y más y más los cordobeses que no quieren perderse a la Hermandad de Salesianos en su despedida hasta el año próximo. Pero yo me quedo quizás con los sitios que esta Hermandad adoptó como nuevo recorrido hace pocas semanas santas. Ver al Señor o a la Madre de la Piedad por la Judería, por el interior de Catedral, con esa fortaleza costalera, la Agrupación Musical del Cristo de Gracia tras el paso del Señor, siempre en incesante renovación, sorprendiendo por su calidad, está al alcance de pocas Hermandades. Es por lo que quizás el Prendimiento, aunque los mismos de la Hermandad me preguntaran que qué me parecía el Paso, que por cierto, chapó, yo es que me quedo con la Hermandad del Martes Santo, en general, con el Prendimiento, y si no, mírenle la carita a la Reina Salesiana, y díganme si no radiaba hoy en tempranas horas de la tarde, más que el mismo sol.
Recordatorio La Crónica: La conjunción perfecta