De pronto, sin saber de dónde, una mujer abriendo paso entre el gentío, ahora jauría, ahora dolor penitente, se acerca a tu Majestad para limpiar tu semblante con el lienzo de sus oraciones… ¡quién pudiera borrar tu martirio como se difuminan los regueros de sangre que se derraman por tu frente!… ¡quién pudiera alejarte de todo el sufrimiento inhumano que atormenta tu cuerpo dolorido!... ¡quien pudiera arrojar el contenido de este cáliz de muerte al sumidero del olvido!… ¡quién pudiera convertir este atronador caos en silencio celestial… y en Paz!…
Echaste
la rodilla a tierra
por
la Cruz que has de llevar
¿qué
Misterio es el que encierra
tu
Bendita Voluntad?
Sangre
sudas Padre Mío
empañando
tu mirada
por
el destino sombrío
que
la suerte te depara
un
Calvario inmerecido
Tu
Rostro vino a secar
Verónica
de entre la gente
y
a cambio le quisiste regalar
como
un tesoro para siempre
tu
Divina y Santa Faz.
Guillermo Rodríguez
Fuente Fotográfica: Sentimiento Cofrade en Córdoba
Fuente Fotográfica: R. Montenegro
Recordatorio Nisán: XVII Y te entregaron la Cruz
Fuente Fotográfica: R. Montenegro
Recordatorio Nisán: XVII Y te entregaron la Cruz