Blas Jesús Muñoz. Tanto la cuadrilla que comienza a dirigir Juan Carlos Vidal como la capitaneada por Carlos Lara fueron el ejemplo de elegancia y buen hacer de un Martes Santo que caminó al son que marcaron ambos capataces.
Se disponía la Virgen de la Piedad a entrar por la Puerta del Perdón, con sones que recordaban a San Gil. Finura, elegancia y una apostura que son el sello de su capataz fluctuaban sobre los varales que cobijan a la Dolorosa de Cerrillo.
La entrada en carrera oficial o su paso por Juan Bernier, camino del templo de María Auxiliadora, no hicieron sino refrendar lo visto horas antes. Visto y sentido como el caminar de la cuadrilla Trinitaria.
Costaleros que conforman un equipo sereno, cuajado y marcado por la técnica y la pasión que brota de los hombres de abajo y que tan bien les trasmite su capataz. Dos cuadrillas a tener muy presentes de cara al futuro.
Recordatorio La Crónica: Martes Santo de gran intensidad