Joaquín de Sierra i Fabra. Suspira el querubín por un enfoque que narre sus aciertos y cuente sus hazañas proféticas. Un anticipo a los nuevos presentimientos que saldrán mañana como suspiro, mirando al pasado y a augurios que ya se han cumplido:
- Suspiros alados porque la llegada parece anunciar despedidas o caminos de salida. Puede que suenen las cornetas como al salir de una capilla sevillana que anuncia la entrada en Triana o puede que vuelvan los músicos que hasta hace poco estaban (24/09/2015).
- Suspiros alados entendidos en un local que está a mitad de una cuesta abajo o arriba, según se mire, de los amigos de un candidato que se sirven de lo que entienden otros para ir a chivarse a otro jefe más terreno que vive cerca del río. Suspira el Ángel porque a él le dan ganas de chivarse de los chivatos para que entiendan por las malas y les cambien una marcha fúnebre por una canción de Mónica Naranjo (17/09/2015).
- Suspiros alados por un capataz que este año puede que haya salido tres veces y el año que viene vea los pasos desde la acera. O por una banda que quiso ir a mucho, se vino a menos y quizá pronto sean dos. U otra que en su última negociación vio como Córdoba es una plaza cada año más difícil. Suspira el Ángel porque las hojas caen y, mientras un pre-candidato se dedicaba a deshojar la margarita, no se sabe como le salió que no y ahora sus amigos puede que se vean huérfanos de hermandades si no cambia de opinión o uno de ellos da el paso (30/07/2015).
- Suspira el querubín por aquellos que eran, como hermanos y ahora no se dan la mano. Se abrazaban y besaban con el amor fraterno de a quienes los unía las letras desde una plaza con triunfo hasta otra con una espina enclavada. Y ahora el beso se envenena y el abrazo se da con daga. Suspiros de alado por quienes también se quisieron como padre e hijo y ahora se quieren desheredar. El hijo ha empezado a dar más guerra de la cuenta y el padre comienza a cansarse de sostener las andanzas guerreras del hijo que no mira ya ni al Santísimo cuando pasa por su vera. Suspira el Ángel por otra guerra que se juega martillo en mano. Uno lo desestimó al acabar la procesión. Otro, de la misma hermandad que el que desistió pero distinta a la que sale el paso, ya ha firmado la paz, la esperanza o la guerra que puede que no llegue ni a 2016 (10/04/2015).
Recordatorio Enfoque: Más costales que capirotes