Con la presentación del Cartel que anunciará nuestra querida Semana Santa este 2016, magnífica obra del artista cordobés Rafael de Rueda en la que ha plasmado con absoluta maestría a María Santísima de la Caridad, titular mariana de Hermandad del Buen Suceso, se ha dado el pistoletazo de salida a los actos Pre-Cuaresmales en los que estamos inmersos ya.
Para un cofrade como yo, estos días previos se viven con expectación e ilusión, sabiendo que a la vuelta de la esquina esta la Semana más importante del año. Las agendas se van llenando de eventos de distinta índole. Los primeros apuntes serán Igualás y Ensayos y en breve Triduos, Quinarios, Besapiés, Besamanos, Viacrucis y Pregones. Las Bandas no han dejado de tocar….
Para un cofrade como yo, cada noticia, cada banda confirmada, cada boletín emitido, cada papeleta de sitio impresa… es un pasito más hacia “nuestra pasión”.
Este bisiesto 2016 va a ser recordado por muchas cosas, espero que todas buenas. Un año en el que todavía tenemos el regusto a polvorones y mazapanes y ya estamos oliendo a torrijas, un año en el que se producirán estampas inéditas, le pese a quien le pese, y sin no pocas dificultades, quebraderos de cabeza y reuniones “in extremis” de la mayoría de nuestras Hermandades.
Esas Hermandades, que para quien no lo sepa, no solo están activas en Cuaresma y Semana Santa, sino que trabajan durante todo el año con partidas muy importantes de sus presupuestos en labor social, con multitud de iniciativas solidarias a favor de los más desfavorecidos y por regla general ni se les reconoce ni se les valora la gran labor que desarrollan para y por la sociedad, para esas minorías que las instituciones ignoran, que desamparan, que condenan a las más miserable de las existencias negándoles lo que les corresponde y que es de ley, de justicia terrenal y divina.
Esas Hermandades señores, y esto lo digo para aquellos que piensan que es un despilfarro indecente realizar estación de penitencia en la vía pública llenándola de cera para más inri!!!, gastar dinero en sacar “una figura” a la calle y cobrar una papeleta de sitio a los hermanos por ello y que no se inmutan cuando el dinero de nuestros impuestos, cofrades y no cofrades, se gastan en absurdas fiestas de cotillón en Tendillas, a la que asisten cuatro, para ellos va dirigido esta reflexión… ¿Se han parado a pensar la cantidad de trabajo que genera una Hermandad indirectamente?. Orfebres, tallistas, bordadores, doradores, restauradores, cereros, floristas, costureras, zapateros, músicos, hosteleros, impresores…y un largo etcétera (de seguro me olvido de alguno, no por ello menos importante) que están luchando por su vida y dándoles de comer a sus familias gracias a la Semana Santa y sus Hermandades y Cofradías. ¿Se han parado un momento a reflexionar si la Semana Santa no existiera que harían esas personas? De seguro que habrá algún lumbreras que dirá…pues se dedicarían a otra cosa… Claro que sí!!!! Gran respuesta…es cierto!!! Que no he tenido en cuenta que todos encargamos el cabecero de la cama a un tallista y luego lo doramos…
Para mí como cofrade, esa es la verdadera esencia de la Semana Santa. Lo bonito, lo espectacular, las marchas, las bandas, los desfiles…eso, lo ve cualquiera. Lo que yo veo y realmente me llena es la Semana Santa de todo el año, la que no se ve, la que no se oye, la que trabaja por los demás, la que da trabajo, la que puede llevar muy a gala ser un gran pilar de esta sociedad nuestra que presume de moderna con términos como laica, agnóstica o atea rechazando de pleno y sin conocimiento de causa, todo lo que huela a incienso…
Espero y deseo que a esos a los que les produce esa alergia tan odiosa y tan desagradable y que opinan de todo sin saber de nada…nunca jamás les haga falta “un poquito de incienso”.
Eva María Pavón González