Blas J. Muñoz. El próximo 21 de mayo será un día importante para Córdoba. En esa jornada, a partir de las 20:00 horas en la Iglesia de Santa Beatriz de Silva, tendrá lugar solemne bendición de la nueva imagen realizada por el imaginero Antonio Labrador Jiménez, María Santísima de la Victoria.
Se trata, como nos cuenta el propio artista, de una imagen de tamaño natural (167 centímetros), tallada en madera de cedro real y policromada mediante veladuras al óleo para obtener el resultado deseado, con ojos y lágrimas de cristal fundido. Todo ello para culminar una más que interesante obra.
Al respecto de la misma y con la ilusión lógica del momento que le aguarda, Labrador Jiménez señala que "siempre es todo un reto representar a la Madre de Dios; y más, si cabe, para la ciudad de Córdoba, donde hay tan grandísima escuela de imaginería". Una ciudad que no es ajena al artista y que inspiró una más que notoria reproducción de Nuestro Padre Jesús del Silencio.
Ahora, la Virgen de la Victoria se presenta como una obra llamada a conminar al devoto, hecho que queda reflejado al señalar Labrador Jiménez que "con este trabajo me propuse concebir una Dolorosa que impactara; que a la par que gira y nos clava su mirada para recapacitar por nuestros actos, nos transmitiera el amor, la comprensión y el consuelo que sólo una madre es capaz de proporcionar".
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