Suspira el querubín camuflado entre la calima más preocupado porque tiene déficits y deudas con otros querubines y está batiendo las alas por que le den un anticipo de la paga o suspirar por montarse una hermandad de querubines y cobrar por anticipado las cuotas de hermano angelical.
Suspiros alados por proyectos caros como los vicios de la gente bien que cuando se viene a menos, el vicio lo conserva pero no hay en la cartera para pagarlo porque el cash y la tarjeta tienen más telarañas que las celdas de un convento abandonado o que la nave vacía donde se guardaban los pasos.
Suspira el Ángel porque sabe que en la hostelería está la clave y si cualquiera monta o un bar sin saber él puede montar una barra cuando pase una procesión, e igual se saca unos duros para saldar las deudas y redondear el trabajo pendiente porque las cervezas y los pinchitos dejan de oler cuando pasa la cofradía por delante echando incienso.
Joaquín de Sierra i Fabra