Blas J. Muñoz. El último día de junio era la fecha elegida para conocer al sucesor de Carlos Bourrellier al frente del Consejo de Cofradías hispalense. Un proceso electoral cuyos aspirantes, Enrique Esquivias de la Cruz y Joaquín Sainz de la Maza, eran sabidos con bastante antelación a que ambos dieran carácter oficial a sus respectivas candidaturas.
Se esperaban unas elecciones reñidas que, una vez en campaña, su tono no ha sido agresivo, sino que más bien las valoraciones han resultado tímidas, por no decir que el perfil de las propuestas no ha sido el que se esperaba para una institución que, al menos en apariencia al exterior, no pasa ni de lejos por su mejor momento, habiendo sufrido bastantes avatares durante esta última legislatura.
Ambos candidatos coincidían en que la imagen del Consejo era "mejorable" y, a partir de esta noche Joaquín Sainz de la Maza tendrá la oportunidad de hacerlo, gracias a la confianza recibida por 63 votos a favor, frente a los 59 recibidos por su rival.
En la trayectoria de Joaquín Sainz de la Maza destaca ante todo su responsabilidad en la Hermandad de la Macarena. Su perfil discreto le hace ser considerada una persona muy eficaz y con bastante capacidad protocolaria y diplomática. Virtudes imprescindibles para afrontar las cuestiones que hay sobre la mesa del Consejo.
