Joaquín de Sierra i Fabra. Suspira el querubín al pensar en el resultado que el azar pueden deparar si la lógica y quizá también la vergüenza fuesen desterrados en algunas materias cofrades de gran actualidad.
Suspiros alados por el portazo que se daría al peso de los años si para pasar de aquí a allá lo que de verdad vale es al final un mero ejemplo de despotismo ilustrado.
Suspira el ángel y se ríe imaginando que los que manejan el submarino podrían llamar a Jorge Fernández y pedirle que se trajera su ruleta para hacer una asignación de aquella manera al grito de: ¡que la suerte te acompañe!... entre el mosqueo del personal.
