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jueves, 16 de abril de 2015

De cerca con Carlos D. Lara: "Al mundo de abajo le falta una buena dosis de mármol a mármol y se acababa un poco con el postureo de algunos"‏


Blas Jesús Muñoz. Es uno de los capataces en alza, dentro del ámbito cordobés. Carlos David Lara dirige en la actualidad las cuadrillas de la Trinidad y de la Cena, si bien su experiencia como costalero es muy amplia y centrada, ante todo, bajo las trabajaderas de la Candelaría.

En las siguientes líneas, repasamos con él tanto diversos aspectos de su trayectoria como su visión de los asuntos más en auge del mundo del martillo y la trabajadera. Disfruten.

Para quienes no conocen a Carlos Lara, ¿cómo se define?

Me definiría como un apasionado de la Semana Santa, en todos sus aspectos, pero principalmente en la que rodea al mundo del costal y la música. Y con la enorme suerte de que mi mujer e hijas comparten y viven mi pasión.


¿Cómo son tus inicios en cofradías?

Yo creo que nací a los sones de la Saeta, jejejeje, recuerdo desde muy pequeño andar por San Francisco y meterme debajo del paso de la Caridad y corretear por la iglesia para que no me cogiera el Maño.

Pero no es hasta el 1986, cuando con 15 años, y tras unos cuantos de súplica a mis padres, por fin puedo entrar a formar parte de la banda de cornetas y tambores del Cister, como corneta. Ese año, y también de la mano de mis hermanos, me incorporo a la cuadrilla de María Santísima de la Candelaria, a la que tantas noches había acompañado en sus ensayos.  


Guarda una estrecha relación con la Estrella, de qué forma valora este aspecto.

Muy, muy estrecha, tengo grandes amigos en esa Hermandad.

A la Estrella llego tras la disolución de la banda del Cister. Un grupo de ex-componentes  de dicha banda y de la mano de Manolo Luque, aterrizamos en la Huerta de la Reina con la ilusión de fundar una nueva banda, la que hoy por hoy, es para mí, la mejor agrupación musical que hay en toda Andalucía, y de la que me siento orgulloso de haber sido fundador y haber pertenecido a ella junto a mis amigos, durante más de 12 años. Años que sin duda han marcado mi vida cofrade y mi tesón e insistencia a la hora de marcar el ritmo bajo un paso. 
Y este año he tenido el privilegio de formar parte de la cuadrilla de Ntra Sra de la Estrella y espero por muchos años.


Tiene una dilatada trayectoria en el mudo del costal. Como costalero de la Candelaria, qué aspectos destacaría.

¿Dilatada? Eso me suena a que ya me voy haciendo mayor. En mis años de costal la verdad es que he sido hombre de sacar pocos pasos, cuando empecé en la Candelaria en el ´86 con tan solo 15 años (hoy no dejaría entrar a nadie con esa edad), lo hice con más ilusión y ganas que fuerza. Entré en una cuadrilla donde no se llegaba a cubrir el paso entero, pero con el único objetivo de salir y disfrutar de María Stma., como se volvía no importaba, lo importante era que llegábamos.

Cuadrilla en la que he aprendido todo lo que se del mundo del costal, con capataces como Sáez, Cantillo o Curro.

Cuadrilla aquella donde los valores principales no eran hacerse la ropa de esta o aquella forma, ni de costales de doble trama, ni tonterías de esas. Donde se aprendía a ser obediente, humilde y a encontrar el sentido a lo que hacías.


Aparte de esa faceta, también destaca la de capataz ¿Cómo llega a serlo?

En el 1995, siendo costalero de la Santa Faz y por recomendación de no se quién, el capataz que sacaría por primera vez María Santísima de la Trinidad, Dionisio Prieto, piensa en mí para que lo acompañe de contraguía ese año, cuando solo íbamos dos, uno delante y otro detrás, así que imagínate el miedo y responsabilidad que llevaba .


De su labor al frente de la cuadrilla de la Trinidad qué destacaría.

Si tuviera que destacar algo de esta cuadrilla sin duda es el buen ambiente que se respira bajo esos faldones.

Hoy se habla de la cuadrilla de Curro, de Arce, de Horacio, etc. La cuadrilla de la Trinidad no se puede definir como la cuadrilla de Carlos Lara, es una cuadrilla de amigos, donde todos se conocen (pasa en muy pocas), han crecido juntos y por encima de todo se respira un Espíritu Trinitario.



Este año ha debutado como titular del llamador del misterio de la Sagrada Cena ¿Cómo lo ha vivido?

Este año ha sido una explosión de sentimientos. La Cuaresma la he vivido muy nervioso pensando en Poniente. Es uno de los pasos más grandes y más pesados de Córdoba, al cuál hay que sumarle que es también de los que más distancia recorre, con eso te lo digo todo.

Desde la salida nervioso, pero a la vez confiado del trabajo realizado en los ensayos y de la enorme cuadrilla que he tenido el lujo de dirigir ¡Chapó!, por una gente comprometida y entregada. "Cuadrilla Maciza ".


Hay una sensación acerca del auge del mundo del costal ¿Qué sensaciones tiene a este respecto?

No pienso que haya tal auge, un leve crecimiento tal vez. Yo veo a los mismos en distintas cofradías.


¿Cuáles son los valores fundamentales que debe tener un costalero?

Obediencia, humildad y fuerza.


¿En qué capataces se ha mirado?

Los capataces que he admirado y admiro son muchos ya que todos merecen mi respeto, pero me han marcado dos, Pepe Fernández y Curro.


¿A cuáles destacaría a día de hoy?

Y si tengo que destacar a uno a día de hoy, tanto por su enorme valor como persona, por sus más que demostrados conocimientos al frente de un martillo, y sobre todo, por su humildad, es David Arce, espejo en el que muchos deberíamos mirarnos.


¿Y un capataz?

Conocimientos, sensibilidad y humildad.


¿Qué falta y que sobra el "mundo de abajo"?

Al mundo actual de abajo le falta una buena dosis de mármol a mármol y se acababa un poco con el postureo de algunos.

Y le falta que alguien les explique que aunque está muy bien ser costalero por afición, tienen que tener un respeto hacia el compañero y por supuesto hacia lo que llevan encima.


Y en la Semana Santa...

Un criterio serio para la admisión de cofradías.


Durante estos últimos tiempos ha habido muchos cambios en torno al llamador ¿Cuál es su opinión?

Habrá de todo como en botica, pero no soporto los cambios de martillo x haberse posicionado de un lado u otro en unas elecciones. Si estaba realizando el capataz un buen trabajo hay que dejarlo ya que las consecuencias las sufren los de abajo.



Un recuerdo como costalero

Mi recuerdo como costalero de este año ha sido la última chicotá con "La madrugá " de la Candelaria.


Y como capataz...

El momento de posar al Señor de la Fe en su capilla al regreso. Y uno muy especial, que llevo haciendo varios años con mi amigo Pepe Salamanca, que es solos en la iglesia apagando la candelería de María Santísima de la Trinidad.


Un reto

Mi reto sería conseguir el silencio completo de la plaza a la entrada del palio y que al terminar la chicotá y se arriase rompiera la plaza en aplausos.




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