Una semana. Una semana y ya habrás visto tus primeros nazarenos en la calle. Una semana y tu pequeño cuerpo se habrá impregnado del maravilloso olor a incienso entremezclado con el azahar. Una semana y habré sentido lo que mis padres sintieron esa primera vez que me llevaron a ver a la Borriquita y vieron mis ojos abiertos de par en par como yo veré los tuyos. Una semana hija, y toda nuestra cuenta habrá acabado.
Con mimo te han cosido la pequeña túnica y tu minúscula capa de color blanco y verde. El mismo mimo con el que tu abuela te coserá por primera vez tu escudo, al igual que lo hizo con los de tu tío y el mío. Una semana amor mío y, te darás cuenta como cambia nuestra vida diaria y que merece la pena.
Una semana, y aunque te perderás momentos, como el que vivirá la Hermandad de las Angustias, a favor de esa terrible enfermedad, en la que hay esperanza, siempre estará tito Ricardo para contártelo.
Una semana y verás como el tito sale orgulloso de llevar a la Madre de Dios sobre sus hombros. Orgulloso de cargar por un día a nuestra Madre. Una semana vida, y empezarás a vivir todo lo que impregna parte de tu ser.
Raquel Medina
Recordatorio Sendero de Sueños: Volad libres...