Blas J. Muñoz. La noche busca el Viernes Santo y, por Santa Marina, la voz del capataz llama a un esfuerzo más a la cuadrilla. Jesús Caído ha tomado el pulso distinto de la ciudad que se mira a sí misma, a través de sus cofradías. La urbe que resuena mirando a la luna con los sones clásicos del metal de una corneta que se quiebra en el solo de "Silencio Blanco".
Caído y Fuensanta interpreta la marcha y la experiencia va dejando, tras cada acorde, el sedimento del trabajo que se acumula en cada interpretación del pentagrama, que no es sino una forma de comprender la existencia y abrazarla en su sentimiento, consumado con la música de una formación que, en ese momento ya ha cubierto más de la mitad del trayecto efímero de la Semana Santa de 2016.
En estos días, apenas a poco más de una semana vista, todo parece que sucedió en un pasado realmente pretérito. Pasado-pretérito, presente-realidad, futuro-ilusión. Las coordenadas de la música procesional de Córdoba juegan en sus binomios como secciones musicales. A continuación, suena "Silencio Blanco" por Caído y Fuensanta. Déjense llevar y, tan solo, disfruten.
@BlasjmPriego
Foto Caído y Fuensanta
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Foto Caído y Fuensanta
