Blas J. Muñoz. la figura del sacerdote, Párroco de Jesús Divino Obrero y Canónigo de la catedral de Córdoba, Antonio Murillo Torralbo, es fundamental para entender la evolución social que ha tenido la barriada del Sector Sur durante las dos últimas décadas. "El barrio fue a mejor pero la crisis le ha dado un palo muy fuerte, de tal manera que no llegamos a tener nada más que 15 o 20 familias a las que ayudar y ahora nos encontramos con más de 100", reflexiona Murillo en una entrevista concedida a Ángela Alba para El Día de Córdoba.
En la misma, el Consiliario de la Hermandad del Amor realiza un recorrido por sus vivencias como cura en su parroquia y su barrio, señalando que "desde que llegué aquí, hay una cosa que me da mucho coraje. Por ejemplo, te puedes sentir muy bien diciendo que estás ayudando a una barriada que tiene muchos problemas. Entonces eso sale en la prensa y la gente piensa: "uy, cuántos conflictos hay allí". Al hilo de ello, no duda en manifestar que "problemas de sida y de droga ha habido en todos lados, y buenas personas, hay en todos lados".
Es por ello que subraya que "los vecinos del barrio son muy buenas personas y tienen un sentido de ayuda vecinal que no tienen los de los pisos. Y el cuidado que tienen a los mayores es mucho mejor de lo que me encuentro en otros sitios. ¿Pero qué pasa? Que hemos retintado la parte negativa de un barrio pobre. Hablamos de la calle Torremolinos y parece que estamos hablando de yo qué sé..." Poniendo un ejemplo esclarecedor al señalar que "allí nació y se ha criado un cura. No será el ambiente tan complicado cuando ha salido un cura que está en una parroquia de Córdoba".
Finalmente, requerido sobre si dejaría la parroquia de Jesús Divino Obrero manifiesta estar "a disposición de mi obispo, siempre. Hoy en día los superiores hablan con nosotros y si estás a disgusto no te dejan en el mismo sitio muchos años". Destacando el hecho de que si "no estuviera bien me habrían cambiado. ¿Cómo voy a anunciar yo la alegría del Evangelio enfadado? Sería imposible".
