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viernes, 18 de noviembre de 2016

En mi Huerto de los Olivos: Santos Mártires


Ayer, festividad de San Acisclo y Santa Victoria, dos de los muchos mártires que esta ciudad milenaria tuvo. Por si no lo saben, Córdoba, es la segunda capital del mundo con más mártires del mundo. Se me viene a la cabeza que pocos actos hay en nuestra ciudad para conmemorar algo tan importante, por lo menos para los creyentes. Y digo creyentes, y no digo cofrades, que los hay, que saben y tienen en sus principios que antes de ser cofrades hay que ser católicos en todos los aspectos. No sólo en salir de costalero, o ser nazareno o un simple hermano, más. Puedo entender que no te gusten los que gobiernan tu hermandad, pero es que hay más motivos por el cual movernos.

El otro día presencie una misa de hermanos de una hermandad, qué más da cual, que era muy triste ver los pocos hermanos que había en ella. Había hermanos un poquito más que devotos o feligreses de esa Parroquia. Y viendo esa triste comparecencia de hermanos, me preguntaba, ¿qué estamos haciendo mal? En que se han convertido las hermandades. Sólo en celebrar cultos, que exceptuando unas pocas hermandades no sólo van hermanos el día principal de los cultos, o en celebrar casetas de feria, o de cruces de mayo, o para realizar ensayos de costaleros o para sacar en procesión a sus Titulares. Sé de muy buena tinta que hay hermandades que tienen una vida social, impresionante, pero y las otras. Dónde está la formación y no hablo sólo de la formación cofrade, hablo de la otra. La católica, la cristiana, aquella que nos enseñaron en los colegios, aquella que nuestros padres nos llevaron de la mano a escuchar misa, si a escuchar misa y no solo las misas de los cultos de una hermandad que ahí si aparecen algunos más.

No voy a dar nombres de nadie, pero el otro día me llegaba un sms por una red social que todos tenemos hoy en día. Y era de un amigo, al cual le tengo una gran estima, que solicitaba ayuda de cualquier tipo, para la labor social de su Parroquia. Es un cofrade que además de colaborar en su hermandad, también lo va a realizar en su Parroquia. Puedo entender que todos no tenemos el mismo tiempo, por el motivo que sea, pero no poder echar una mano una mañana de sábado en tu Parroquia, colaborando a llevar comida a las casas necesitadas de su feligresía. No se pueden hacer una idea, cuando por ejemplo haces esto, llevar un canasto de comida a una familia necesitada cuáles son las miradas de esas personas. Y las hay creyentes y no creyentes. Pero también ven quienes son los que se preocupan sólo un poquito en los demás. Esos ojos brillantes y esa mueca en su cara, merece mucho la pena de que alguno de nosotros la experimentara un solo día. Seguramente nos cambiaría a todos la manera de entender a los demás, porque casi todos tenemos hoy en día de todo. Pero hay familias que no tienen que llevarse a la boca. O que no tienen posibilidad de un juguete para algún hijo. O que no tienen ropa para poder vestirse de una manera más o menos decente para poder poner un pie en la calle.

A los cofrades, y no digo todos, porque conozco a los que lo hacen, que no sólo estamos para sacar nuestros Titulares en sus pasos, estamos para algo más. Por lo menos eso me enseñaron a mí, quizás mucha culpa de ello lo tuviese el tener un tito sacerdote en la familia. Llegan las fechas más familiares del año, pero los cofrades, debemos estar todo el año. Cuando le veamos la espalda al Rey Baltasar, parece que con él, también se van las buenas acciones de las que hemos proposición de realizar. Pero que no sólo sean en estas fechas, es que hay más meses en el año. Si tienes para dar algo, digo algo, ni mucho ni poco, a lo mejor podríamos dar la mitad a mi hermandad y la otra mitad a alguien que lo necesite. O como cada uno lo vea mejor, quien soy para decir como lo tienen que hacer. Sólo les pido que lo hagan y verán caras con otra luz que hacía tiempo no las tenían. Gracias.

También parece que los consiliarios, o mejor dicho los párrocos de su respectivas Parroquias, se están tomando un poco más en serio, a la hora de dar un visto bueno a una candidatura o no, para que se presente a ser el HERMANO MAYOR de una hermandad. Esto es mucho más importante de lo que parece. Empezando por la formación católica y la presencia en la Parroquia de la cual tienen su sede canónica. Que no se duda que no la tengan, sino que la enseñen y fomenten entre sus propios hermanos. De verdad, echen un vistazo a su alrededor y se darán cuenta de muchas cosas. Hoy por ejemplo, tomando un refresco en una taberna típica cordobesa, con un amigo, me dice mi amigo, mira ese es el Hermano Mayor de la Cofradía tal, y este buen señor, nos mira con la misma cara de Barrabás cuando a él lo liberaron y a Jesús, lo sentenciaron. Y me pregunto ¿Usted representa a una hermandad? ¿Sabe usted, perdonar? ¿Sabe usted de verdad que es ser católico? ¿Cuándo se pone usted el hábito de nazareno, de su hermandad, de verdad sabe lo que hace? Porque viendo su actitud de hoy, que flaco favor le hace a su hermandad y lo que es peor aún a su entorno más cercano. Y sino, lea la vida de alguno de los Santos Mártires de nuestra ciudad que lo mismo le ayuda a ser mejor cristiano.

Sean felices y extrapólenlo, las malas maneras, formas y actitudes, déjenlas en la primera papelera que vean.

Pachi Giraldo


Foto Antonio Poyato




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