Antonio Rendón. En torno a las 6:30 horas comenzaba el repique de campana, que anunciaba la procesión matinal, de la Virgen de los Dolores de la Hermandad Servita del Santo Entierro de Cristo para que a las 7:00 horas, como estaba previsto, se abriera la puerta principal de la Iglesia Parroquial de Santiago Apóstol de la localidad de onubense de Gibraleón, dando comienzo el Rosario de la Aurora con la sagrada imagen, en un acto enmarcado en el 75º Aniversario de la Bendición de la Madre y Señora de los Dolores.
A paso firme, de costero a costero, portada por sus hermanas y devotas, la dolorosa anazó por la calles de la localidad en unas andas bajo los primeros rayos de luz del día, al son del magnifico Coro Amigos de la Navidad que armonizaron brillantemente toda la procesión.
Un cortejo que abrió la Cruz Parroquial flanqueada por dos faroles de guía, tras los cuales caminaban las distintas representaciones de hermandades de penitencia y gloria. A continuación los miembros representativos de la Junta de Gobierno y la Comisión Organizativa del 75º Aniversario, seguidas representaciones del Ayuntamiento de Gibraleón. Presidió la procesión el Rvdo. P. Roberto Abeja Cortes, párroco de la localidad, junto con el presidente de la Corporación, Jesús Calvo Donaire .
El momento más emotivo fue a la llegada a su casa Hermandad que despertó el entusiasmo de los allí presentes dedicándole toda clase de honores y tributos para inmortalizar el momento con una lluvia de pétalos que literalmente roció la corona de la “Reina Servita”, que estuvo acompañada de vítores y plegarias sin descanso.
Así, con las últimas estrofas de la Salve, entraba de nuevo la Virgen por el porche de la parroquia. Alrededor de casi dos horas estuvo la venerada imagen recorriendo las calles de la feligresía. Cuando las andas se asentaron en el piso del interior del templo, se recogía la pionera Medalla de Oro de la Villa culminando un rezo del Santo Rosario inolvidable.
Acto seguido a las 9:00 horas se llevó a cabo la eucarística dominical, en una iglesia que estuvo abarrotada de fieles, que fue cantada por el brillante coro de Amigos de la Navidad. Tras la misa y los actos litúrgicos, la hermandad procedió al desayuno que expuso en la plaza de Santiago para todas las personas que madrugaron para acompañar a su Virgen de los Dolores.
Fotos Antonio Rendón Domínguez
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