Y volvió a cumplirse la tradición. Hoy, primer domingo de octubre Córdoba se postró ante tus plantas. ¡Cuántas emociones contenidas! ¡Cuántas súplicas! ¡Cuántas gracias habrás escuchado en esa hora que mi gente y yo hemos estado tan cerquita tuya...!
Un año más, Almonte nos acoge y el otoño se vuelve primavera en las marismas. Un año más, y el sol parece querer quedarse para alumbrar el sendero de San Rafael, ese peregrino que corona nuestro Bendito Simpecado.
Un año más acompáñanos en el camino de todo este año. No nos sueltes de mano, como dice la Salve del Padre Quevedo (El tito Pepe para los que empezamos ahora a peinar canas). Guíanos para no desviarnos de ese sendero de flores que nos lleva hasta el Divino Pastorcito.
Rocío, un año más Córdoba se arrodilla ante Ti para darte gracias por todo un año de bendiciones y para pedir la protección de tu manto.
Raquel Medina