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domingo, 2 de octubre de 2016

La Crónica: El día en que Sevilla coronó a la Paz


Jesús Pérez. No era un día cualquiera. El aire parecía distinto, diferente pero a la vez conocido. Era como volver a lo más íntimo del alma sin quererlo. Corrían las 16.48 h. de la tarde en Plaza de la Virgen de los Reyes, una masa de gente se agolpaba a la Puerta de los Palos y la Giralda se volvió celosa. Se abrió el telón a sones de “Nuestro Padre Jesús de la Victoria” ¿Acaso era Domingo de Ramos? No, acababa de ser Coronada la Virgen de la Paz.

Durante media hora salieron hacia la Plaza numerosas representaciones y hermanos de la corporación. Eran las 17.20 h. y la Reina del barrio del Porvenir acaba de tocar el corazón de Sevilla para que su ciudad la quiera más que nunca. Sonaba “Coronación de la Paz” y “Virgen de la Paz” por la Banda de Santa Ana de Dos Hermanas y el paso se fajaba entre el gentío. Después, la Virgen se marchaba por Placentines mientras el cielo y la Giralda se coló detrás de la malla del palio, pintando una acuarela perfecta, que a quien dijo que Murillo y Velázquez habían bajado a la calle Alemanes para pintarla en la cámara de José Javier Comas.


A sones de “Coronación de la Macarena” llegó la Virgen a una Plaza Nueva abarrotada. En este céntrico lugar centenares de personas pudieron disfrutar de uno de los momentos más emotivos de la procesión triunfal. Primero con el paso de la Virgen sobre una alfombra de sal que concluyó con la salve; y segundo, con la levantá a pulso mientras sonaba “Lloran los Clarines”, que desató la locura cuando estalló la marcha y llovieron pétalos del cielo.

No obstante, las abundantes petaladas que lanzaron a la Virgen se repitieron varias veces en el recorrido, como en la calle Arfe o la calle Gamazo  mientras se lucía la dolorosa con “Pasan los Campanilleros” y “Mi Amargura” para enfilar la calle Castelar.


Como era de esperar, el Postigo del Aceite se convirtió en un hervidero de personas que aguantaron más de una hora en esperar el paso de la dolorosa. La cual, no dejó indiferente a nadie en su saludo a la Pura y Limpia que terminó con la marcha “Como Tú Ninguna”.

La otra Hermandad que saludó fue Los Estudiantes. Ante una abarrotada calle San Fernando, la Virgen de la Paz se lució íntimamente en una muchedumbre que se emocionó mientras sonaba “Azul y Plata” y “Coronación”. También este momento tuvo un pellizco romántico cuando se despidió de esta Hermandad con la interpretación de “Macarena de Cebrián”.


Su discurrir por la Plaza de España se convirtió en la imagen que manifiesta la fe de Sevilla ante María Santísima. Sonaron marchas de mucho gusto como “Madre Hiniesta” y se volvió a interpretar “Lloran los Clarines”, “Como Tú ninguna” o “Pasan los Campanilleros”.

Como era de esperar, el barrio puso la corona y también el broche de la procesión triunfal de la Virgen de la Paz Coronada. Los vecinos rezaban en su interior y las lágrimas empezaron a saltarse cuando Gracia Puertas cantó el Ave María de Schubert. También se oyeron Sevillanas en la calle Progreso que selló un momento inolvidable entre el público. Con sones trianeros siguió procesionando en el Porvenir con intermitentes petaladas que aplaudieron con esmero los devotos.


Pasadas las 03.00 h. la Virgen se acercó a su Parroquia de San Sebastián. El cansancio no pudo con los sentimientos y terminó de mecerse intensamente con Virgen de la Paz, mientras los hermanos consolaron la angustia de encerrar de nuevo a su Virgen pensando que esa misma marcha en ese lugar sonará de nuevo muy pronto. De esta manera, entró con casi media hora de retraso que complementó cerca de once horas de procesión. Dicen que ha sido una de las mejores coronaciones, no tenemos un método para medirla, solo sabemos que la Reina del Porvenir nos tocó el alma y desde ahora corona nuestro corazón.





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