Fue una Semana Santa en la que la lluvia solamente nos dejó gozar durante cuatro días. Lo recordarán a pesar de llevar ya casi un mes tostándose bajo este odioso e insufrible sol que quita las ganas de casi cualquier cosa que no sea salir corriendo de la ciudad hasta finales de septiembre. A mí, precisamente, me gustaría saber dónde puñetas se meten estos días todos esos mentecatos que se pasan la vida deseando la llegada del "calorcito". Se ve que huyen de aquí como las ratas cuando el mercurio supera los 40° grados a la sombra los muy... Bien, que me voy del tema. Les decía que recordarán aquellos días de frío, lluvia y de viento antipático que dejaron a la ciudad dos días casi íntegros sin hermandades y que amenazó con hacer la propio con el Martes Santo, en el que una de las corporaciones decidió no salir por las malas previsiones meteorológicas.
¿Y si les dijera que tengo confirmación de que una de estas Cofradías aprovechó la excusa del tiempo para suspender su estación de penitencia enmascarando que el verdadero motivo era otro bien distinto? ¿Y si la causa última fuera que la corporación no tenía hermanos de cirio suficientes para ponerse en la calle? Pueden ustedes no creérselo, claro. Pueden pensar que me lo estoy inventando, naturalmente. Están ustedes en su perfecto derecho. Yo solamente les digo que esta suspensión de la que les hablo que ha tenido lugar esta pasada Semana Santa, tristemente, no ha sido la única de estas características en los tiempos recientes de nuestras cofradías. Y es más: les vaticino que no va a ser la última.
Mientras tanto, sigamos haciendo brindis al sol fundando más hermandades. Bendigamos imágenes sagradas creadas al capricho de personas que no lograron el mando en las juntas de gobierno de sus hermandades de origen, o de los que desean hacer el paso de misterio con más romanos de la cristiandad para soñarse bajo el mismo dando izquierdazos durante más kilómetros que una etapa de la primera semana del Tour. Seguirán negándolo, pero ahí estará la realidad para darse de bruces con ella. Tendremos que ver más suspensiones: nadie escarmienta en cabeza ajena.
Mientras tanto, sigamos haciendo brindis al sol fundando más hermandades. Bendigamos imágenes sagradas creadas al capricho de personas que no lograron el mando en las juntas de gobierno de sus hermandades de origen, o de los que desean hacer el paso de misterio con más romanos de la cristiandad para soñarse bajo el mismo dando izquierdazos durante más kilómetros que una etapa de la primera semana del Tour. Seguirán negándolo, pero ahí estará la realidad para darse de bruces con ella. Tendremos que ver más suspensiones: nadie escarmienta en cabeza ajena.