Blas J. Muñoz. Las denominadas "modas" en torno al atuendo que lucen los costaleros, no por estériles en numerosas ocasiones han dejado de estar en conversaciones y generando opiniones controvertidas, durante algo más de la última década; desde las camisetas de tirantes hasta la altura en que se "arremangan" los pantalones.
A todo ello hay que sumar otro aspecto significado en la apariencia de los costaleros y que, a la postre, se erige como su principal herramienta, el costal. Desde la tendencia de las viseras bajas –término equivalente al de costalero invidente- hasta las arpilleras de distinto origen y exótica procedencia, tales como sacas de correo, de recolecta de cafés brasileños o del Servicio Andaluz de Salud, etc., la línea que ahora parece imperar marca su apuesta por regresar a los costales más clásicos y blancos.
Sin embargo, el pasado sábado día 16 durante el transcurso de la procesión del Carmen de San Cayetano una más que curiosa estampa, de la que desconocemos si se trata de una nueva vuelta de tuerca en el arte de exornar costales. Como pueden apreciar en la imagen, el adorno consiste en un muñeco fijado en la parte trasera del costal. Desconocemos si la figura tiene algún continente simbólico o si, por el contrario, se trata de una mera cuestión estética.