Esther Mª Ojeda. Las dificultades a las que se han enfrentado las hermandades – y muchas aún lo hacen – a lo largo de su historia van más allá de los característicos obstáculos de los comienzos, pues todas ellas han vivido sus propias crisis alternadas a menudo con épocas de verdadero esplendor, lo que en muchos casos se ha traducido en perfectas tradiciones llenas de luces y sombras, de desapariciones y resurgimientos tras los que salir fortalecidas.
La Hermandad del Calvario es sin duda un gran ejemplo en ese sentido tras una historia de siglos de antigüedad caracterizada por el rezo del Vía Crucis en sus comienzos que llevaba a la corporación a trasladar a su conmovedor nazareno hasta el Marrubial cada viernes y festivo, despertando con ello una gran devoción durante el siglo XVIII que, sin embargo, decayó hasta su posterior y total desaparición tras la que afortunadamente pudo restablecerse de nuevo con su reorganización en el año 1918.
Ahora y después de una gran tradición, la Hermandad del Calvario se ha encargado de anunciar la feliz noticia de la celebración de una misa de acción de gracias con motivo de su 294 Aniversario Fundacional. Esta será sin duda una ocasión muy especial con la que la cofradía del Miércoles Santo se acerca a sus tres siglos de historia y que espera reunir a todos sus miembros y devotos en la Eucaristía del próximo miércoles día 20 de julio, oficiada por el consiliario de la corporación, D. Rafael Rabasco Ferreira y que tendrá lugar a las 21 horas en la célebre Parroquia de San Lorenzo.