Blas Jesús Muñoz. En fechas recientes el presidente de la Federación Española de Fútbol preguntaba a Miguel Ángel Gil por su padre. Como la mayoría de ustedes sabrá, a nada que lean prensa o vean televisión media hora al día, Jesús Gil y Gil falleció hace ya unos años.
Así que viendo o escuchando a Ángel María Villar, se torna sencillo comprender el nivel que tienen los dirigentes del estamento futbolístico. Al igual que se torna sencillo entender que posean la inteligencia de establecer un partido de la selección en Sevilla y en Viernes de Dolores.
En ellos es tan natural como la vida misma. Si sobran entradas (12.000 sin vender anoche mismo) no pasa nada, se regalan cómo si del el protocolo de cualquier pregón se tratase. No obstante, ante la notable falta respuesta que se ha producido, aun mantenemos la Esperanza de que haya algo más importante para la gente, en este caso para el sevillano, que el fútbol.
Un rayo de luz tibia para alegrarnos el final de la Semana de Pasión. Aunque los dirigentes regalen las entradas que no han sido retiradas pasará igual que con los programas de mano de la Semana Santa de Córdoba que, con tanto error, nadie los quiere.
Recordatorio Enfoque: Un Lunes Santo marcado por un aniversario