Junto a la cruz de Jesús, estaba su Madre y la
hermana de su Madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a la Madre y cerca de Ella al discípulo a quien Él amaba, Jesús le dijo:
"Mujer, aquí tienes a tu hijo". Luego dijo al discípulo: "Aquí
tienes a tu Madre". Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su
casa. Jn 19 25-27
Maldita la crueldad humana, la iniquidad y la indolencia. Maldita
la Tierra entera por consentir impunemente los siete puñales que se clavan en
el corazón de una Madre desolada a los pies de su hijo agonizante…
Te miré la frente ensangrentada envuelto en mis pesadillas… pude
sentir el escalofrío y respirar la humedad latente de los instantes en que empiezan a
caer las primeras gotas de la lluvia de primavera. Observé el brillo en la
mirada de María intentando imaginar lo que sentían sus entrañas… pero era imposible abarcar desde la orilla la dimensión del drama.