Cuando en nuestro cuerpo aún podíamos sentir la brisa marina de alguna de las maravillosas playas de la costa andaluza, nos bombardearon desde algunos de los más grandes comercios y televisión con luces, villancicos, polvorones. Desde ese momento ya era Navidad, sin serlo.
Ahora, cuando en nuestro paladar aún podemos sentir el rico sabor del roscón de reyes y en nuestras retinas tenemos aún frescas, las imágenes de nuestros belenes, nuestras calles vestidas de color y la ilusionante cabalgata de reyes, los mismos comercios, han cambiado todo lo relacionado con las fiesta del Nacimiento del Niño Dios por carteles donde se anuncian suculentas rebajas.
Pero no sólo las grandes superficies han terminado la Navidad. El propio día 6 de enero, día en el que tenemos que disfrutar con las familias, ya circulaban a diestro y siniestro en las redes sociales, imágenes relativos a la Semana Santa. Hubo una que me hizo especialmente gracia en la que aparecía una cruz de guía detrás de la carroza del Rey Baltasar, cual hermandad que espera su turno para hacer entrada triunfal en Carrera Oficial. ¡Qué cansinos somos los cofrades!